/ jueves 20 de junio de 2024

El toque femenino | Tú puedes dar vida después de tu vida 


En este mes de junio hay dos fechas a conmemorar altamente importantes ya que ambas tienen que ver con brindarle a otro ser humano una nueva oportunidad de vivir.

El 6 de junio es el día mundial del paciente trasplantado y el 14 de junio es el Día mundial del donante de sangre por ende ambas fechas son primordiales cuando nos enfocamos directamente en el resultado para quienes se ven beneficiados cuando hay una vida en riesgo de por medio ya sea la propia o la de un ser querido.

Sin embargo en nuestro país no se tiene una cultura de la donación existe todavía ignorancia, tabúes y creencias que no permiten su avance de acuerdo a la necesidad, en el caso de donación de sangre la decisión es total del donador por que se hace en conciencia y además hay una diferencia entre un donador de sangre de reemplazo a un donador altruista ya que este decide donar sin recibir nada a cambio, no tiene ningún paciente enfermo a quién donar y por lo tanto aplica totalmente el dicho que reza “Haz el bien sin mirar a quién”

En mi infancia escuchaba entre mi familia la historia de una mujer que siendo madre soltera con 8 hijos periódicamente vendía su sangre para obtener al menos una pequeña cantidad de dinero para solventar sus gastos básicos, en la actualidad en nuestro país la ley general de salud considera un delito federal la venta de sangre y en su artículo 462 establece que la persona que resulte descubierta puede cumplir una pena de 6 a 17 años de prisión; sin embargo hace falta crear mayor conciencia sobre la donación altruista ya que hoy por hoy los bancos de sangre presentan una insuficiencia de donadores.

Cuando hablamos de donación de órganos la decisión es del donador en la mayoría de los casos solo cuando está vivo, ya que en vida se puede donar riñón, hígado y médula ósea a pacientes compatibles, generalmente familia, pero en el caso de un donador que ha fallecido desgraciadamente aunque pareciera que es una decisión personal la realidad es que al momento de autorizar la donación de órganos quien decide si esto se hará o no son los padres, hijos o pareja del donante.

Si nos ponemos a pensar seriamente que podemos salvar o mejorar la calidad de vida de hasta 7 personas donando: corazón, riñón, córneas, pulmón, páncreas e intestino además de tejido y hueso, seguramente consideraríamos contribuir a que disminuya la lista de espera de aproximadamente 20,000 pacientes que requieren ser trasplantados.

Hace algunos años se hizo una campaña para estimular esta donación, y como parte de la misma te entregaban una tarjeta que tu podías portar pero como mencioné anteriormente si el familiar más cercano se negaba a que esto sucediera esa decisión se quedaba solo en un buen deseo en vida que al momento de la muerte no era secundado.

Existe una manera legal en caso de que estés convencido (a) de querer convertirte de donante y se llama voluntad anticipada que podemos obtener mediante notario o acudiendo a cualquier hospital público o privado donde expondremos en total uso de nuestra facultades mentales, sanos o con con alguna enfermedad terminal o incurable, el destino que queremos dar a nuestros órganos además del tratamiento que deseamos recibir o no en caso de enfermedad o accidente, este documento tiene toda la validez legal, en el designamos a un representante que vigilará que se cumpla nuestra voluntad por lo tanto en este caso la decisión de donar será irrevocable.

Creo que este es un buen momento para reflexionar que queremos que suceda con nuestros órganos y tejido en el momento de nuestra muerte y es que la mayoría hemos escuchado la frase de José Martí poeta cubano que dice que para que valga la pena vivir todo hombre debe tener un hijo, sembrar un árbol y escribir un libro, que tal si ahora nos enfocamos también en la idea de que para trascender con tranquilidad y paz ya que no podemos evitar el dolor de nuestra partida a las personas que más nos quieren y nos van a extrañar, si podemos heredar alegría y esperanza a quién se encuentra en una situación critica de salud y por decisión propia podemos dar vida después y a partir de nuestra propia vida.



En este mes de junio hay dos fechas a conmemorar altamente importantes ya que ambas tienen que ver con brindarle a otro ser humano una nueva oportunidad de vivir.

El 6 de junio es el día mundial del paciente trasplantado y el 14 de junio es el Día mundial del donante de sangre por ende ambas fechas son primordiales cuando nos enfocamos directamente en el resultado para quienes se ven beneficiados cuando hay una vida en riesgo de por medio ya sea la propia o la de un ser querido.

Sin embargo en nuestro país no se tiene una cultura de la donación existe todavía ignorancia, tabúes y creencias que no permiten su avance de acuerdo a la necesidad, en el caso de donación de sangre la decisión es total del donador por que se hace en conciencia y además hay una diferencia entre un donador de sangre de reemplazo a un donador altruista ya que este decide donar sin recibir nada a cambio, no tiene ningún paciente enfermo a quién donar y por lo tanto aplica totalmente el dicho que reza “Haz el bien sin mirar a quién”

En mi infancia escuchaba entre mi familia la historia de una mujer que siendo madre soltera con 8 hijos periódicamente vendía su sangre para obtener al menos una pequeña cantidad de dinero para solventar sus gastos básicos, en la actualidad en nuestro país la ley general de salud considera un delito federal la venta de sangre y en su artículo 462 establece que la persona que resulte descubierta puede cumplir una pena de 6 a 17 años de prisión; sin embargo hace falta crear mayor conciencia sobre la donación altruista ya que hoy por hoy los bancos de sangre presentan una insuficiencia de donadores.

Cuando hablamos de donación de órganos la decisión es del donador en la mayoría de los casos solo cuando está vivo, ya que en vida se puede donar riñón, hígado y médula ósea a pacientes compatibles, generalmente familia, pero en el caso de un donador que ha fallecido desgraciadamente aunque pareciera que es una decisión personal la realidad es que al momento de autorizar la donación de órganos quien decide si esto se hará o no son los padres, hijos o pareja del donante.

Si nos ponemos a pensar seriamente que podemos salvar o mejorar la calidad de vida de hasta 7 personas donando: corazón, riñón, córneas, pulmón, páncreas e intestino además de tejido y hueso, seguramente consideraríamos contribuir a que disminuya la lista de espera de aproximadamente 20,000 pacientes que requieren ser trasplantados.

Hace algunos años se hizo una campaña para estimular esta donación, y como parte de la misma te entregaban una tarjeta que tu podías portar pero como mencioné anteriormente si el familiar más cercano se negaba a que esto sucediera esa decisión se quedaba solo en un buen deseo en vida que al momento de la muerte no era secundado.

Existe una manera legal en caso de que estés convencido (a) de querer convertirte de donante y se llama voluntad anticipada que podemos obtener mediante notario o acudiendo a cualquier hospital público o privado donde expondremos en total uso de nuestra facultades mentales, sanos o con con alguna enfermedad terminal o incurable, el destino que queremos dar a nuestros órganos además del tratamiento que deseamos recibir o no en caso de enfermedad o accidente, este documento tiene toda la validez legal, en el designamos a un representante que vigilará que se cumpla nuestra voluntad por lo tanto en este caso la decisión de donar será irrevocable.

Creo que este es un buen momento para reflexionar que queremos que suceda con nuestros órganos y tejido en el momento de nuestra muerte y es que la mayoría hemos escuchado la frase de José Martí poeta cubano que dice que para que valga la pena vivir todo hombre debe tener un hijo, sembrar un árbol y escribir un libro, que tal si ahora nos enfocamos también en la idea de que para trascender con tranquilidad y paz ya que no podemos evitar el dolor de nuestra partida a las personas que más nos quieren y nos van a extrañar, si podemos heredar alegría y esperanza a quién se encuentra en una situación critica de salud y por decisión propia podemos dar vida después y a partir de nuestra propia vida.