/ miércoles 24 de abril de 2024

La pista | El tiempo pasa


Poco más de cinco meses le quedan al presidente López Obrador para que termine su sexenio. Y surgen varias interrogantes sobre qué más hará en fondo y forma en estos 158 días. Si bien ya anunció la gira del adiós pasando el proceso electoral.

El partido gobernante se ha empeñado en enmarcar las próximas elecciones como un plebiscito sobre la continuidad del proyecto político de López Obrador, la llamada Cuarta Transformación, y ha encomendado a su candidata Claudia Sheinbaum, continuar con estos ideales con todo y bastón de mando.

“Pasando las elecciones ya nos vamos a soltar el pelo, porque quiero que nos reunamos con mucha gente”, dijo López Obrador, un presidente que se ha hecho fuerte a lo largo de su trayectoria política con actos en las principales plazas del país y que ha apuntalado su movimiento, Morena, en la fuerza territorial y los actos masivos. El objetivo de la gira es “dar gracias a la gente”, explicó el político.

El presidente explicó que se ha concentrado en la supervisión de obra pública desde el arranque de las campañas, en marzo pasado, que marcaron también el inicio de la veda electoral para los funcionarios del Gobierno. El mandatario dijo que no ha tenido actos públicos para evitar que sus adversarios lo acusen de proselitismo.

Las grandes dudas con López Obrador, es pasando las elecciones en el sentido si realmente se la alejará de las dimensiones del poder desde la lejanía de su rancho. O si aún querrá incidir en las decisiones políticas si es que su candidata gana el próximo 2 de junio.

Sus críticos, en cambio, han puesto en duda que López Obrador desaparezca del escenario político al concluir su mandato y cuestionan el margen de maniobra que tendría Sheinbaum para imprimir un sello propio a su Gobierno, en caso de ganar las elecciones.

Esos debates se han reactivado tras el anuncio, con lecturas políticas que van más allá de una despedida y que vislumbran que se trata también de un mensaje para quien llegue al poder, una especie de hoja de ruta para defender el legado del presidente y para los próximos pasos de Morena como partido-movimiento.

“Esta es una transformación que se inició y que continúa desde abajo. No es un movimiento de élite”, comentó López Obrador, quien aseguró que los resultados de su Gobierno se construyeron sobre “las fatigas de millones de mexicanos”.



Poco más de cinco meses le quedan al presidente López Obrador para que termine su sexenio. Y surgen varias interrogantes sobre qué más hará en fondo y forma en estos 158 días. Si bien ya anunció la gira del adiós pasando el proceso electoral.

El partido gobernante se ha empeñado en enmarcar las próximas elecciones como un plebiscito sobre la continuidad del proyecto político de López Obrador, la llamada Cuarta Transformación, y ha encomendado a su candidata Claudia Sheinbaum, continuar con estos ideales con todo y bastón de mando.

“Pasando las elecciones ya nos vamos a soltar el pelo, porque quiero que nos reunamos con mucha gente”, dijo López Obrador, un presidente que se ha hecho fuerte a lo largo de su trayectoria política con actos en las principales plazas del país y que ha apuntalado su movimiento, Morena, en la fuerza territorial y los actos masivos. El objetivo de la gira es “dar gracias a la gente”, explicó el político.

El presidente explicó que se ha concentrado en la supervisión de obra pública desde el arranque de las campañas, en marzo pasado, que marcaron también el inicio de la veda electoral para los funcionarios del Gobierno. El mandatario dijo que no ha tenido actos públicos para evitar que sus adversarios lo acusen de proselitismo.

Las grandes dudas con López Obrador, es pasando las elecciones en el sentido si realmente se la alejará de las dimensiones del poder desde la lejanía de su rancho. O si aún querrá incidir en las decisiones políticas si es que su candidata gana el próximo 2 de junio.

Sus críticos, en cambio, han puesto en duda que López Obrador desaparezca del escenario político al concluir su mandato y cuestionan el margen de maniobra que tendría Sheinbaum para imprimir un sello propio a su Gobierno, en caso de ganar las elecciones.

Esos debates se han reactivado tras el anuncio, con lecturas políticas que van más allá de una despedida y que vislumbran que se trata también de un mensaje para quien llegue al poder, una especie de hoja de ruta para defender el legado del presidente y para los próximos pasos de Morena como partido-movimiento.

“Esta es una transformación que se inició y que continúa desde abajo. No es un movimiento de élite”, comentó López Obrador, quien aseguró que los resultados de su Gobierno se construyeron sobre “las fatigas de millones de mexicanos”.