/ viernes 3 de mayo de 2024

La Fábrica nació de los sueños

El complejo cultural abrió sus puertas hace 20 años, su maquinaria central es el teatro, y hoy se conforma por diferentes iniciativas que hacen sinergia en pro del trabajo independiente


Muchas personas consideran que la fundación formal de La Fábrica fue un 14 de noviembre del 2004; sin embargo, la génesis de este espacio se dio muchísimo tiempo antes de que el propio Alonso Barrera llegara a este plano terrenal. La realidad es que este lugar ubicado en el corazón de la colonia Álamos, en la capital queretana, es resultado de pertenecer a un linaje de soñadores y “necios”, dice el gestor cultural, dramaturgo y director teatral.

“Mi papá fue hijo de un restaurador, y para una familia conformada por alrededor de 10 personas, esta profesión no era la más lucrativa. El trabajo de mi abuelo era requerido principalmente por miembros del clero, y hubo una época en la que la pasaron muy difícil en términos económicos. Un día le llegó una petición de un Obispo que recién había arribado a la entidad, en la que le solicitaba que echara cal sobre uno de los trabajos de restauración que él había hecho, porque aparentemente ahora la Diócesis se estaba yendo por un estilo mucho más minimalista. El punto es que mi abuelo se negó rotundamente, y mi abuela claro que lo regañó, porque ocupaban el dinero, pero mi abuelo era un hombre de grandes convicciones y era muy firme con respecto a su trabajo, así que ni la presión familiar, ni el clero queretano lo hicieron borrar eso en lo que tanto había trabajado”, relató Alonso Barrera en entrevista con BARROCO.

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Su abuelo, Jesús Barrera Barrón fue muy reconocido dentro del mundo de la restauración en Querétaro y esta firmeza con la que enfrentaba y defendía su trabajo le fue heredada a su hijo (padre de Alonso) también llamado Jesús Barrera.

La herencia creativa persisitió en el padre de Alonso, quién más tarde convirtió sus convicciones en una gran fábrica de metales, espacio que actualmente comprende las instalaciones del centro cultural multidisciplinario La Fábrica.

“La Fábrica mantiene ese nombre en honor a mi padre”, explica Alonso, “comenzó como el negocio de mi papá, quien con ayuda de mi mamá –Matilde Villagómez– fue que materializó este sueño de tener su propia fábrica de piezas de metal”, añadió. Al traer la herencia de una familia de soñadores, la idea del centro le llegó durante una de las visitas de Morfeo: durante esa época tendía a escribir todo lo que soñaba, así que una noche desperté y anoté en una libreta la frase ‘centro cultural multidisciplinario’. Yo ya tenía ese gusanito de hacer algo, así que esa premonición me hizo sentir que todas las piezas encajaban perfecto”, relató.

El director señala que su padre no se encontraba del todo convencido de que su idea fuera a funcionar, ya que era un poco escéptico respecto la suerte que tenían los artistas.

Al final, su padre aceptó y le concedió un espacio al interior de la fábrica para que comenzara a dar talleres. “Mi papá seguía trabajando todavía en su fábrica cuando yo empecé a ejecutar mi idea. Me dio un espacio pequeño que tenía una especie de techo de lámina, ahí comencé a dar mis clases de teatro, mis cursos, mis presentaciones de discos, libros… pero algo que sí es importante señalar es que todo este antiguo corredor industrial –que se encontraba originalmente en la zona de Álamos– ya se encontraba vacío. Toda la industria se había movido desde hace una década y media atrás, mi papá fue el único que no se quiso mover. Le tenía mucha fe a este lugar, y vaya que tuvo la visión acertada de que en algún día proliferaría”, comentó Alonso.

Maquinaria central de La Fábrica recae en el foro teatral. Foto: Miguel Cruz / Diario de Querétaro

En 2007, Alonso recibió la oportunidad de realizar una residencia en España para estudiar dirección escénica, y a pesar de que el proyecto de La Fábrica tenía al menos tres años en funcionamiento, Alonso tomó la decisión de irse para poder reinventarse y conocer nuevos aires. “Digamos que el lugar se quedó a cargo de unos amigos artistas, pero evidentemente ellos estaban en sus cosas, así que de alguna manera el lugar se quedó navegando en piloto automático, no sucedía nada relevante al interior. Un día mi papá me escribió una carta en donde me decía ‘oye, creo que tu proyecto no funcionó. Vamos a platicar cuando regreses sobre lo que se va a hacer con ese espacio’. Yo le pedí que no cerrara el lugar, que me diera chance de regresar, que me estaba preparando para volver y echarlo a andar. Y es que además de estudiar dirección escénica, parte de mi intención era conocer cómo se desarrollaban los espacios culturales al otro lado del mundo, ver cómo sucedían las cosas al interior. Digamos que fue un año sumamente crucial para que yo pudiera aterrizar y entender muchas cosas respecto al desarrollo de proyectos creativos”, detalló.

A su regreso fue cuando todo el nuevo engranaje de La Fábrica empezó a encajar. Se empezó a mover y entonces llegaron los primeros proyectos: Casa Tíbet (centro de meditación y de difusión de la cultura tibetana); la Cafetería Moser Cafe Kultur (misma que además de garantizar un deleite gastronómico, expanden su propuesta al ofrecer actividades culturales y musicales); de igual forma, se acercaron figuras como Gustavo Villegas –artista plástico– y Elena Baca Suquet –fotógrafa– con la intención de abrir talleres en sus disciplinas correspondientes.

Actualmente, 12 proyectos son los que coexisten en el espacio de La Fábrica. Foto: Miguel Cruz / Diario de Querétaro

“En ese entonces, y todavía a la fecha, me encuentro interesado en apostar por propuestas que sean distintas a lo que ya se hace. Me gusta la idea de salir de la norma y aportar actividades mucho más orientadas al público joven, así como cine clubes, talleres literarios de libros que estuvieran en boga, entre otras cosas”, comentó.

Actualmente, 12 proyectos son los que coexisten en el espacio de La Fábrica, y según las palabras del director, lo que los define es innovar la escena cultural. Desde ser la cuna para realizadores de cine y teatro, hasta una casa de la meditación, ofrecer experiencias gastronómicas y diferentes áreas del diseño; entre todos hacen sinergia y demuestran que es posible manteneer el trabajo independiente.

Según las mediciones que han realizado en años anteriores, aproximadamente 7 mil personas los visitan de forma mensual.

“Soy una persona inquieta, siempre tengo algún proyecto en puerta y La Fábrica ha evolucionado acorde a mi vida personal. Ahora que soy padre, mi mayor deseo es que mis hijos consideren este espacio como un segundo hogar, por ello he incorporado mayores actividades enfocadas en las infancias, desde teatro infantil, hasta bazares enfocados en los niños y la familia”, finalizó.

Alonso Barrera, el creador de historias

Se ha dicho que la maquinaria central de La Fábrica recae en el foro teatral, ubicado hasta el fondo del complejo, y es que gran parte del sueño de Alonso comenzó desde la puesta en escena de historias.

“Cuando llegaban las vacaciones, mi madre siempre me traía libros de misterio por lo que crecí con una gran imaginación y un amor enorme por lo creativo y artístico. Así que cuando llegó el momento de definir una profesión, supongo que tuvo sentido que me inclinara por el desarrollo de historias”, comentó Barrera.

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Para el dramaturgo, su proceso creativo comienza de forma inadvertida por su subconsciente, así es como se han dado numerosas puestas en escena que ha creado, siendo ejemplo de ello su obra más reciente: Ser o no ser, ahí está el detalle.

Su amor por el teatro y la actuación lo ha impulsado a crear espacios que promuevan esta disciplina así como el cine en nuestra ciudad –La Fábrica también es el hogar de Arte7, una institución cinematográfica que llegó a este espacio en el 2016 y que a través de sus planes de estudio teóricos-prácticos ha formado a cineastas queretanos–.

Destacados actores y actrices han pasado por su foro: Manuel Naredo, María Aura, Rommina Reynoso, Christian Lugo, Josué García, Brenda Santiago, Bony Barrera, Pedro Morales, entre otros más.

Y parte de esta historia se puede conocer en el documental de Bryan Cuenca y Fernanda Bañuls, que conmemora el 20 aniversario de este complejo cultural


Muchas personas consideran que la fundación formal de La Fábrica fue un 14 de noviembre del 2004; sin embargo, la génesis de este espacio se dio muchísimo tiempo antes de que el propio Alonso Barrera llegara a este plano terrenal. La realidad es que este lugar ubicado en el corazón de la colonia Álamos, en la capital queretana, es resultado de pertenecer a un linaje de soñadores y “necios”, dice el gestor cultural, dramaturgo y director teatral.

“Mi papá fue hijo de un restaurador, y para una familia conformada por alrededor de 10 personas, esta profesión no era la más lucrativa. El trabajo de mi abuelo era requerido principalmente por miembros del clero, y hubo una época en la que la pasaron muy difícil en términos económicos. Un día le llegó una petición de un Obispo que recién había arribado a la entidad, en la que le solicitaba que echara cal sobre uno de los trabajos de restauración que él había hecho, porque aparentemente ahora la Diócesis se estaba yendo por un estilo mucho más minimalista. El punto es que mi abuelo se negó rotundamente, y mi abuela claro que lo regañó, porque ocupaban el dinero, pero mi abuelo era un hombre de grandes convicciones y era muy firme con respecto a su trabajo, así que ni la presión familiar, ni el clero queretano lo hicieron borrar eso en lo que tanto había trabajado”, relató Alonso Barrera en entrevista con BARROCO.

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Su abuelo, Jesús Barrera Barrón fue muy reconocido dentro del mundo de la restauración en Querétaro y esta firmeza con la que enfrentaba y defendía su trabajo le fue heredada a su hijo (padre de Alonso) también llamado Jesús Barrera.

La herencia creativa persisitió en el padre de Alonso, quién más tarde convirtió sus convicciones en una gran fábrica de metales, espacio que actualmente comprende las instalaciones del centro cultural multidisciplinario La Fábrica.

“La Fábrica mantiene ese nombre en honor a mi padre”, explica Alonso, “comenzó como el negocio de mi papá, quien con ayuda de mi mamá –Matilde Villagómez– fue que materializó este sueño de tener su propia fábrica de piezas de metal”, añadió. Al traer la herencia de una familia de soñadores, la idea del centro le llegó durante una de las visitas de Morfeo: durante esa época tendía a escribir todo lo que soñaba, así que una noche desperté y anoté en una libreta la frase ‘centro cultural multidisciplinario’. Yo ya tenía ese gusanito de hacer algo, así que esa premonición me hizo sentir que todas las piezas encajaban perfecto”, relató.

El director señala que su padre no se encontraba del todo convencido de que su idea fuera a funcionar, ya que era un poco escéptico respecto la suerte que tenían los artistas.

Al final, su padre aceptó y le concedió un espacio al interior de la fábrica para que comenzara a dar talleres. “Mi papá seguía trabajando todavía en su fábrica cuando yo empecé a ejecutar mi idea. Me dio un espacio pequeño que tenía una especie de techo de lámina, ahí comencé a dar mis clases de teatro, mis cursos, mis presentaciones de discos, libros… pero algo que sí es importante señalar es que todo este antiguo corredor industrial –que se encontraba originalmente en la zona de Álamos– ya se encontraba vacío. Toda la industria se había movido desde hace una década y media atrás, mi papá fue el único que no se quiso mover. Le tenía mucha fe a este lugar, y vaya que tuvo la visión acertada de que en algún día proliferaría”, comentó Alonso.

Maquinaria central de La Fábrica recae en el foro teatral. Foto: Miguel Cruz / Diario de Querétaro

En 2007, Alonso recibió la oportunidad de realizar una residencia en España para estudiar dirección escénica, y a pesar de que el proyecto de La Fábrica tenía al menos tres años en funcionamiento, Alonso tomó la decisión de irse para poder reinventarse y conocer nuevos aires. “Digamos que el lugar se quedó a cargo de unos amigos artistas, pero evidentemente ellos estaban en sus cosas, así que de alguna manera el lugar se quedó navegando en piloto automático, no sucedía nada relevante al interior. Un día mi papá me escribió una carta en donde me decía ‘oye, creo que tu proyecto no funcionó. Vamos a platicar cuando regreses sobre lo que se va a hacer con ese espacio’. Yo le pedí que no cerrara el lugar, que me diera chance de regresar, que me estaba preparando para volver y echarlo a andar. Y es que además de estudiar dirección escénica, parte de mi intención era conocer cómo se desarrollaban los espacios culturales al otro lado del mundo, ver cómo sucedían las cosas al interior. Digamos que fue un año sumamente crucial para que yo pudiera aterrizar y entender muchas cosas respecto al desarrollo de proyectos creativos”, detalló.

A su regreso fue cuando todo el nuevo engranaje de La Fábrica empezó a encajar. Se empezó a mover y entonces llegaron los primeros proyectos: Casa Tíbet (centro de meditación y de difusión de la cultura tibetana); la Cafetería Moser Cafe Kultur (misma que además de garantizar un deleite gastronómico, expanden su propuesta al ofrecer actividades culturales y musicales); de igual forma, se acercaron figuras como Gustavo Villegas –artista plástico– y Elena Baca Suquet –fotógrafa– con la intención de abrir talleres en sus disciplinas correspondientes.

Actualmente, 12 proyectos son los que coexisten en el espacio de La Fábrica. Foto: Miguel Cruz / Diario de Querétaro

“En ese entonces, y todavía a la fecha, me encuentro interesado en apostar por propuestas que sean distintas a lo que ya se hace. Me gusta la idea de salir de la norma y aportar actividades mucho más orientadas al público joven, así como cine clubes, talleres literarios de libros que estuvieran en boga, entre otras cosas”, comentó.

Actualmente, 12 proyectos son los que coexisten en el espacio de La Fábrica, y según las palabras del director, lo que los define es innovar la escena cultural. Desde ser la cuna para realizadores de cine y teatro, hasta una casa de la meditación, ofrecer experiencias gastronómicas y diferentes áreas del diseño; entre todos hacen sinergia y demuestran que es posible manteneer el trabajo independiente.

Según las mediciones que han realizado en años anteriores, aproximadamente 7 mil personas los visitan de forma mensual.

“Soy una persona inquieta, siempre tengo algún proyecto en puerta y La Fábrica ha evolucionado acorde a mi vida personal. Ahora que soy padre, mi mayor deseo es que mis hijos consideren este espacio como un segundo hogar, por ello he incorporado mayores actividades enfocadas en las infancias, desde teatro infantil, hasta bazares enfocados en los niños y la familia”, finalizó.

Alonso Barrera, el creador de historias

Se ha dicho que la maquinaria central de La Fábrica recae en el foro teatral, ubicado hasta el fondo del complejo, y es que gran parte del sueño de Alonso comenzó desde la puesta en escena de historias.

“Cuando llegaban las vacaciones, mi madre siempre me traía libros de misterio por lo que crecí con una gran imaginación y un amor enorme por lo creativo y artístico. Así que cuando llegó el momento de definir una profesión, supongo que tuvo sentido que me inclinara por el desarrollo de historias”, comentó Barrera.

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Para el dramaturgo, su proceso creativo comienza de forma inadvertida por su subconsciente, así es como se han dado numerosas puestas en escena que ha creado, siendo ejemplo de ello su obra más reciente: Ser o no ser, ahí está el detalle.

Su amor por el teatro y la actuación lo ha impulsado a crear espacios que promuevan esta disciplina así como el cine en nuestra ciudad –La Fábrica también es el hogar de Arte7, una institución cinematográfica que llegó a este espacio en el 2016 y que a través de sus planes de estudio teóricos-prácticos ha formado a cineastas queretanos–.

Destacados actores y actrices han pasado por su foro: Manuel Naredo, María Aura, Rommina Reynoso, Christian Lugo, Josué García, Brenda Santiago, Bony Barrera, Pedro Morales, entre otros más.

Y parte de esta historia se puede conocer en el documental de Bryan Cuenca y Fernanda Bañuls, que conmemora el 20 aniversario de este complejo cultural

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