La especie árnica mexicana (Heterotheca inuloides) también conocida como árnica de campo, árnica de monte, árnica del país, cuateteco, cuauteteco, falsa árnica, hornilla, tabaco de las montañas. En el Estado de México, se le conoce como reemn, riemn (mazahua); en Guerrero: acahual, akawtomitl; en Michoacán: árnica (purhépecha); en Morelos: acahua, acahualli; en Tlaxcala: xochihuepal (náhuatl), es una de las especies nativas más antiguas e importantes de México.
Apreciada por sus cualidades naturales esta planta ha sido un elemento básico en los hogares durante generaciones. Cuidadosamente cultivada y amada por agricultores. En la última década del siglo XVIII, Vicente Cervantes comenta qué esta planta cura el vértigo, epilepsia, palpitaciones del corazón y otras enfermedades; mientras que otros autores la tienen por planta venenosa, y la tintura se puede usar en aplicaciones tópicas contra las contusiones. Al finalizar el siglo XIX, el Instituto Médico Nacional refiere su uso para contusiones, diurético, vulnerario y emetocatártico.
Por su parte, en el siglo XX, Maximino Martínez la indica para las contusiones. Luis Cabrera, la describe como antipalúdica, antipirética, para bronquitis, contusiones, deficiencia visual, heridas y como tónico. Finalmente, la Sociedad Farmacéutica de México la consigna como diaforético, estornutatorio, y para las heridas y las contusiones.
Un dato importante es que esta especie de árnica pertenece a un género que se le atribuye al Nuevo Mundo, se le denomina también falsa árnica, debido a que, existe el árnica de origen europeo, especie conocida como Árnica montana L., que pertenece a la misma familia botánica de la especie mexicana; ambas además de ser semejantes en su aspecto general, también tienen aplicaciones medicinales similares. La ventaja de la especie mexicana sobre la europea, es que la primera no produce los efectos secundarios agresivos de ésta última.
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