/ domingo 17 de noviembre de 2024

Cabañuelas / Bezoares, amuletos naturales y curadores antiguos

La creencia en los bezoares se refiere a la atribución de propiedades curativas a estas concreciones calculosas que se encuentran en el aparato digestivo o en las vías urinarias de algunos mamíferos. En el siglo XVIII se consideraban amuletos y se les atribuían virtudes, como curar la rabia, deshacer las piedras de la vejiga, alejar la tristeza, la melancolía y el mal de amores.

La palabra bezoar proviene del árabe hispánico bazáhr, que a su vez viene del árabe clásico bā[di]zahr, y este del persa pād zahr, que significa "defensor contra el veneno". Las piedras bezoares han aparecido a lo largo de la historia en obras de la literatura decimonónica del escritor y dramaturgo irlandés Oscar Wilde o en películas como Harry Potter.

Un bezoar es una acumulación de material parcialmente digerido que se encuentra en el tracto gastrointestinal sobre todo en bovinos y caprinos. Puede estar compuesto de pelo o fibra y se acumula en el estómago, sin poder pasar a través de los intestinos. En casos graves, los bezoares pueden causar obstrucción gastrointestinal, úlceras gástricas, perforación del estómago o intestino y hemorragia gastrointestinal.

Por el contrario, según distintas fuentes, el término proviene de Asia y quiere decir “remedio o antídoto”. En el antiguo Imperio persa se creía que estas piedras poseían propiedades mágicas que alejaban el mal, en México se les conoce como “ojo de buey”, y se creía que no solo protegía contra envenenamientos, sino que también influía en el humor de quienes lo usaban.

Además, desde la antigüedad la piedra bezoar era molida en un mortero y diluida en vino como tratamiento contra intoxicaciones graves. En la actualidad, es considerada piedra semipreciosa y su valor ronda entre los 400 y los 8 mil pesos.


Facebook: Heidy Wagner Laclette

La creencia en los bezoares se refiere a la atribución de propiedades curativas a estas concreciones calculosas que se encuentran en el aparato digestivo o en las vías urinarias de algunos mamíferos. En el siglo XVIII se consideraban amuletos y se les atribuían virtudes, como curar la rabia, deshacer las piedras de la vejiga, alejar la tristeza, la melancolía y el mal de amores.

La palabra bezoar proviene del árabe hispánico bazáhr, que a su vez viene del árabe clásico bā[di]zahr, y este del persa pād zahr, que significa "defensor contra el veneno". Las piedras bezoares han aparecido a lo largo de la historia en obras de la literatura decimonónica del escritor y dramaturgo irlandés Oscar Wilde o en películas como Harry Potter.

Un bezoar es una acumulación de material parcialmente digerido que se encuentra en el tracto gastrointestinal sobre todo en bovinos y caprinos. Puede estar compuesto de pelo o fibra y se acumula en el estómago, sin poder pasar a través de los intestinos. En casos graves, los bezoares pueden causar obstrucción gastrointestinal, úlceras gástricas, perforación del estómago o intestino y hemorragia gastrointestinal.

Por el contrario, según distintas fuentes, el término proviene de Asia y quiere decir “remedio o antídoto”. En el antiguo Imperio persa se creía que estas piedras poseían propiedades mágicas que alejaban el mal, en México se les conoce como “ojo de buey”, y se creía que no solo protegía contra envenenamientos, sino que también influía en el humor de quienes lo usaban.

Además, desde la antigüedad la piedra bezoar era molida en un mortero y diluida en vino como tratamiento contra intoxicaciones graves. En la actualidad, es considerada piedra semipreciosa y su valor ronda entre los 400 y los 8 mil pesos.


Facebook: Heidy Wagner Laclette

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