El compromiso con el cuidado del medioambiente no necesita detenerse al final de la vida. Muchas personas han comenzado a analizar la posibilidad que su última voluntad sea un funeral eco friendly.
El entierro ecológico o verde está diseñado para tener un impacto ambiental mínimo y preservar los recursos naturales, enfatiza la simplicidad y la sustentabilidad. En un entierro ecológico típico, el cuerpo no es incinerado, preparado con productos químicos o enterrado en una bóveda de hormigón, simplemente se coloca en un contenedor biodegradable y se entierra en una tumba para que se descomponga completamente y regrese a la naturaleza.
Las características de un funeral ecológico pueden variar, en la mayoría de los casos, estos entierros utilizan materiales y contenedores de almacenamiento biodegradables y ecológicos al evitar fluidos para embalsamamiento, bóvedas de cemento o metal para el ataúd, ropa hecha de ciertos materiales.
Los entierros naturales no usan el tradicional líquido de embalsamamiento, existen aceites alternativos, sin químicos. Los cuerpos cremados producen gases de combustión que se liberan en la atmósfera, como monóxido de carbono, dióxido de azufre, dioxinas, hidrocarburos, partículas y compuestos orgánicos volátiles.
Sin embargo, la cremación en agua también conocida como aquamación, resomación o hidrólisis alcalina, es un método funerario que también reduce el cuerpo a cenizas sin combustión. Se trata de una alternativa ecológica a la cremación tradicional, ya que consume menos energía y emite menos gases de efecto invernadero. Al final, solo quedan los huesos, que se trituran y se entregan a la familia en una urna.
No hay nada nuevo o revolucionario sobre los entierros ecológicos, la mayoría de los entierros antes de mediados del siglo XIX se llevaban a cabo de forma ecológica y muchas tradiciones aún lo requieren.
Facebook: Heidy Wagner Laclette
