/ sábado 6 de julio de 2024

Catadura | Adueñándose el Congreso


Con base a los resultados electorales obtenidos el pasado 2 de junio, Morena y sus aliados se perfilan para tener una mayoría muy importante en la próxima Cámara de Diputados, tendrán una cantidad de diputados mucho mayor al porcentaje de votación que obtuvieron en las urnas, beneficiándose del fenómeno conocido como sobrerrepresentación.

Y aunque la Constitución en su artículo 54 le permite a los partidos políticos que puedan tener hasta un 8% de sobrerrepresentación, la realidad es que la coalición gobernante tendrá mucho más que eso, porque la ley contempla a los partidos y no a las coaliciones. Así podrían llegar a tener, en su conjunto, más del 20% de sobrerrepresentación. Este artículo fue redactado en 1996 en un contexto político-electoral completamente diferente al actual, en un país que ni siquiera había vivido una alternancia de partido en el poder. Ahora se ha abierto este debate porque la Secretaría de Gobernación dio a conocer una proyección de como quedaría conformada la próxima Cámara de Diputados, otorgándole a Morena, PT y Partido Verde hasta 372 diputados, lo que representa un escandaloso 74% del total, 20 puntos más del 54.7% que realmente ganaron en las urnas.

Aunque esto no es ilegal sí distorsiona la conformación del Congreso, dándole a la bancada del oficialismo mayor peso y representación del que obtuvieron y viola el espíritu de la ley que busca darle mayor equilibrio al congreso y voz a las minorías.

Cuando a un partido se le otorgan más diputados de los que le corresponden, se le están quitando esos espacios a otro, provocando un congreso desigual porque aunque Morena y sus aliados hayan ganado con amplitud las elecciones, debe existir una pluralidad política y una oposición vigorosa que no tenga más de lo que ganó, pero tampoco menos.

La disparidad es tal que el Partido Verde tendrá más diputados que el PAN o el PT más que el PRI y MC, aunque hayan obtenido la mitad de sus votos. Algo surrealista que sólo ocurre en México y que nos puede llevar a tener un congreso antidemocrático en el que se imponga la fuerza bruta de la mayoría en el gobierno.

Será tarea del INE hacer la distribución correcta de los diputados plurinominales y del Tribunal Electoral revisarla, ellos tendrán la enorme responsabilidad de darle a los mexicanos el congreso por el cual votaron y no caer en la trampa de otorgar una mayoría calificada al partido del gobierno que atentaría contra la democracia, las instituciones y sobre todo, la voluntad del pueblo de México.

Construir un país en democracia implica respeto a la ley, pero también a las fuerzas políticas minoritarias, que aunque perdieron las elecciones, siguen representando a millones de mexicanos que de otra forma serían atropellados por la mayoría del partido en el poder. Ya pasamos por eso y a nadie nos conviene regresar al país a esas épocas. Al tiempo.



Con base a los resultados electorales obtenidos el pasado 2 de junio, Morena y sus aliados se perfilan para tener una mayoría muy importante en la próxima Cámara de Diputados, tendrán una cantidad de diputados mucho mayor al porcentaje de votación que obtuvieron en las urnas, beneficiándose del fenómeno conocido como sobrerrepresentación.

Y aunque la Constitución en su artículo 54 le permite a los partidos políticos que puedan tener hasta un 8% de sobrerrepresentación, la realidad es que la coalición gobernante tendrá mucho más que eso, porque la ley contempla a los partidos y no a las coaliciones. Así podrían llegar a tener, en su conjunto, más del 20% de sobrerrepresentación. Este artículo fue redactado en 1996 en un contexto político-electoral completamente diferente al actual, en un país que ni siquiera había vivido una alternancia de partido en el poder. Ahora se ha abierto este debate porque la Secretaría de Gobernación dio a conocer una proyección de como quedaría conformada la próxima Cámara de Diputados, otorgándole a Morena, PT y Partido Verde hasta 372 diputados, lo que representa un escandaloso 74% del total, 20 puntos más del 54.7% que realmente ganaron en las urnas.

Aunque esto no es ilegal sí distorsiona la conformación del Congreso, dándole a la bancada del oficialismo mayor peso y representación del que obtuvieron y viola el espíritu de la ley que busca darle mayor equilibrio al congreso y voz a las minorías.

Cuando a un partido se le otorgan más diputados de los que le corresponden, se le están quitando esos espacios a otro, provocando un congreso desigual porque aunque Morena y sus aliados hayan ganado con amplitud las elecciones, debe existir una pluralidad política y una oposición vigorosa que no tenga más de lo que ganó, pero tampoco menos.

La disparidad es tal que el Partido Verde tendrá más diputados que el PAN o el PT más que el PRI y MC, aunque hayan obtenido la mitad de sus votos. Algo surrealista que sólo ocurre en México y que nos puede llevar a tener un congreso antidemocrático en el que se imponga la fuerza bruta de la mayoría en el gobierno.

Será tarea del INE hacer la distribución correcta de los diputados plurinominales y del Tribunal Electoral revisarla, ellos tendrán la enorme responsabilidad de darle a los mexicanos el congreso por el cual votaron y no caer en la trampa de otorgar una mayoría calificada al partido del gobierno que atentaría contra la democracia, las instituciones y sobre todo, la voluntad del pueblo de México.

Construir un país en democracia implica respeto a la ley, pero también a las fuerzas políticas minoritarias, que aunque perdieron las elecciones, siguen representando a millones de mexicanos que de otra forma serían atropellados por la mayoría del partido en el poder. Ya pasamos por eso y a nadie nos conviene regresar al país a esas épocas. Al tiempo.