/ miércoles 2 de octubre de 2024

Ciencia y sociedad / La educación superior: de dónde parte en este nuevo sexenio


El discurso de toma de posesión de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo como presidenta de México no dejó fuera el tema educativo. Se percibe sensibilidad y se espera que eso se transforme en una nueva realidad que permita el avance educativo en nuestro país. Las estrategias de los sexenios pasados no han logrado fortalecer a la Educación Superior en México.

López Obrador implementó una estrategia más social que educativa al formar el sistema de Universidades para el Bienestar “Benito Juárez García”, con 145 sedes en todo el país. Aunque el 63% de ellas se encuentran en zonas donde no existe otra oferta, el número de estudiantes matriculados es de 64 mil (441 estudiantes en promedio por sede). Con una inversión de 4 mil millones de pesos (27 millones por sede), el esfuerzo es insuficiente. Ante esto, se generó un programa de becas que tampoco dio respuesta, primero porque un programa universal de becas incrementa la desigualdad ya que no todas las personas tienen las mismas necesidades y, segundo, porque se asignaron a costa del presupuesto para educación y calidad educativa.

En nuestro país, solo 28 estudiantes que terminan la primaria logran un título universitario. Desde 2015 no ha incrementado el presupuesto para educación en general, el presupuesto para ciencia y tecnología se desplomó junto con la política pública en la materia. Desaparecieron fideicomisos y fondos para problemas estructurales. En resumen, nuestro país ha navegado sin rumbo ni estrategia en cuento al sector educativo se refiere.

Ante esto, es esperanzador que la actual Presidenta de nuestro país cuente con formación científica, particularmente en medio ambiente, y que se vislumbre ya la nueva Secretaría de Ciencia y Tecnología. En su discurso no ha dejado fuera el tema educativo y, si bien el problema está desde la educación básica, especial atención merece la educación superior. Sin duda es el impulso que nuestro país necesita para salir adelante. Los retos no son pocos, entre ellos:

  • Fortalecimiento presupuestal paulatino para educación media superior, educación superior y ciencia y tecnología

  • Impulso a carreras necesarias para el mercado laboral de hoy

  • Mejorar el vínculo entre los espacios laborales y la oferta educativa

  • Impulso a las carreras de TSU

  • Incremento de la matrícula y de la eficiencia terminal

  • Mecanismos que permitan identificar a las y los alumnos en riesgo de deserción y apoyo para asegurar su acceso y permanencia en la educación

A partir de aquí, el primer paso se llama voluntad política. La construcción de una agenda educativa fuerte requiere de liderazgo y un equipo de trabajo comprometido. Es por ello que resulta sumamente importante valorar los perfiles de quienes hoy estarán al frente de la Secretaría de Educación y las Subsecretarías correspondientes.

Aprovecho para desear a nuestra nueva presidenta el mayor de los éxitos. Que su mirada vea más allá de las filias y fobias partidistas que nos han estancado en un discurso polarizado sin sentido. México merece paz, estabilidad y justicia social. Nuestras niñas y niños merecen vivir en un país con la esperanza de desarrollar todo su talento y entrar en el círculo virtuoso de un país con futuro. La base de ello es la educación.