CHUECOS. En el deporte nacional de echar culpas y victimizarse, en Querétaro hay quienes aprovechan la conmoción por lo sucedido en el bar “Los Cantaritos”. Por ejemplo, ese grupo de bares, antros y restaurantes que divulgó su “decisión” de cerrar por miedo a la inseguridad, pero sin aclarar que varios de ellos, uno es el “Feroz” (donde hubo balazos hace meses) ya estaban clausurados o era inminente su cierre por anomalías.
PRETEXTO. Igualito hizo la cadena de cantinas “La Selva Taurina”, que es de las influyentes y consentidas de las autoridades porque sólo en casos extremos les clausuran. Hasta hizo un comunicado donde anuncia el cierre para “preservar nuestra seguridad y la de los clientes hasta que se garantice la seguridad en Querétaro”. Pero en su anuncio omitieron decir que horas antes les clausuraron la cantina en La Cruz. Fue más miedo que consciencia.
FÓSILES. Con la salida de Rufina Benítez y Leonor Mejía del mando de Morena y del PAN, ya los únicos dirigentes que se resisten a dejar sus cargos para seguir cobrando en dos lugares, en el partido y en el palacio legislativo de San Lázaro, son los diputados federales priista Abigail Arredondo y del verde Ricardo Astudillo.