El llamado de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Querétaro para que sus agremiados cumplan con las normativas vigentes es una respuesta pertinente y necesaria frente a los trágicos acontecimientos ocurridos en el bar Los Cantaritos.
La pérdida de 10 vidas en un acto de violencia nos recuerda la penosa necesidad de reforzar la seguridad y supervisión en los establecimientos comerciales, especialmente en aquellos que operan en horarios nocturnos y con un alto flujo de jóvenes en busca de diversión.
El llamado que hace Lorena Muñoz Altamira, presidenta de Canaco, refleja una responsabilidad compartida: mientras las autoridades municipales están obligadas a realizar inspecciones constantes y rigurosas, los empresarios tienen la obligación moral y legal de operar en apego a la normatividad; y se se trata también de priorizar la seguridad de los clientes y trabajadores, así como de contribuir a un entorno que prevenga riesgos y tragedias.
Es crucial que este enfoque se mantenga y se amplíe la asesoría y el apoyo que Canaco ofrece a sus agremiados deben traducirse en acciones concretas, como la capacitación en protocolos de seguridad, el fortalecimiento de medidas preventivas y la instalación de sistemas de monitoreo adecuados.
Las autoridades deben garantizar que las inspecciones sean imparciales y transparentes, evitando prácticas discrecionales o de corrupción que diluyan la efectividad de las normativas.
En última instancia, los eventos como los de Los Cantaritos son un recordatorio doloroso de las consecuencias que pueden surgir cuando fallan los mecanismos de regulación y supervisión.
DE REBOTE
Inicia la Feria Internacional de Querétaro, territorio autónomo de un evento privado al que se le tienen que dedicar recursos públicos como lo son cientos de policías para cuidar las ganancias de unos cuantos. Consentidotes.
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