/ viernes 9 de julio de 2021

Humanitas: arte y pasión

El nueve es un número místico, simbólico y ritual. Es el número de la creación y de la gestación humana. Para la masonería representa el número de la inmortalidad, es decir, la germinación hacia abajo, lo material, a diferencia del seis que representa la germinación hacia arriba a lo espiritual. Los dos juntos forman la espiral del infinito.

En los textos homéricos el nueve tiene valor ritual. La diosa Deméter recorre el mundo nueve días en busca de su hija Perséfone que ha sido raptada por el dios del inframundo.

Las nueve musas han nacido de nueve noches de amor de Zeus. En la liturgia cristiana la novena representa la terminación, es un tiempo en el que durante nueve días se hacen ritos y plegarias. Los ángeles están jerarquizados en nueve coros según las visiones de Dionisio Areopagita.

En la tradición china los calderos del Yu son nueve y el cinabrio alquímico solo es potable a la novena transmutación. El libro para adaptarse a la vida de Lao-Tse el “Tao-te King” se compone de 81 capítulos, múltiplo de nueve.

En la tradición prehispánica el rey Nezahualcóyotl, construyo un templo con nueve ventanas, representando los nueve cielos que debe recorrer el alma humana para alcanzar el reposo eterno.

En la tradición india el nueve representa la redención, por ello las nueve reencarnaciones sucesivas de Vishnú, que cada vez se sacrifica para la salvación de los hombres.

Por ser el nueve el último de la serie de las cifras, anuncia a la vez un fin y un nuevo comienzo.

El tres es el número creador de novedades que al multiplicarse así mismo da origen al nueve, que viene a ser por lo mismo el número universal. El tres es el número fundamental, expresa un orden intelectual y espiritual en Dios, en el cosmos o en el hombre. Sintetiza la trini-unidad del ser vivo que resulta de la conjunción del uno y del dos, y es producto de la unión del cielo y la tierra. El 3 es el primer número impar, es el número del cielo y 2 el número de la tierra, pues 1 es anterior a su polarización. El 3 dicen los chinos es el número perfecto, nada se le puede añadir es lo acabado, la totalidad: el hombre, hijo del cielo y de la tierra, completa la gran triada. Para los cristianos es el acabamiento de la unidad divina: Dios es uno en tres personas

En la tradición iraní se aparece el tres dotado de un carácter mágico-religioso. Se aprecia en la antigua religión de Irán con un triple significado: “Buen pensamiento, buena palabra y buena acción”.

En el arte, la arquitectura y la poética, existe el número de oro o la proporción divina, que representa la armonía de todas las partes.

El filósofo romano del siglo VI Severino Boecio, aseguraba que el conocimiento supremo pasaba por los números, es el mejor medio para acercarse a las verdades divinas.

La cultura nos transforma y el arte nos salva.

bobiglez@gmail.com

El nueve es un número místico, simbólico y ritual. Es el número de la creación y de la gestación humana. Para la masonería representa el número de la inmortalidad, es decir, la germinación hacia abajo, lo material, a diferencia del seis que representa la germinación hacia arriba a lo espiritual. Los dos juntos forman la espiral del infinito.

En los textos homéricos el nueve tiene valor ritual. La diosa Deméter recorre el mundo nueve días en busca de su hija Perséfone que ha sido raptada por el dios del inframundo.

Las nueve musas han nacido de nueve noches de amor de Zeus. En la liturgia cristiana la novena representa la terminación, es un tiempo en el que durante nueve días se hacen ritos y plegarias. Los ángeles están jerarquizados en nueve coros según las visiones de Dionisio Areopagita.

En la tradición china los calderos del Yu son nueve y el cinabrio alquímico solo es potable a la novena transmutación. El libro para adaptarse a la vida de Lao-Tse el “Tao-te King” se compone de 81 capítulos, múltiplo de nueve.

En la tradición prehispánica el rey Nezahualcóyotl, construyo un templo con nueve ventanas, representando los nueve cielos que debe recorrer el alma humana para alcanzar el reposo eterno.

En la tradición india el nueve representa la redención, por ello las nueve reencarnaciones sucesivas de Vishnú, que cada vez se sacrifica para la salvación de los hombres.

Por ser el nueve el último de la serie de las cifras, anuncia a la vez un fin y un nuevo comienzo.

El tres es el número creador de novedades que al multiplicarse así mismo da origen al nueve, que viene a ser por lo mismo el número universal. El tres es el número fundamental, expresa un orden intelectual y espiritual en Dios, en el cosmos o en el hombre. Sintetiza la trini-unidad del ser vivo que resulta de la conjunción del uno y del dos, y es producto de la unión del cielo y la tierra. El 3 es el primer número impar, es el número del cielo y 2 el número de la tierra, pues 1 es anterior a su polarización. El 3 dicen los chinos es el número perfecto, nada se le puede añadir es lo acabado, la totalidad: el hombre, hijo del cielo y de la tierra, completa la gran triada. Para los cristianos es el acabamiento de la unidad divina: Dios es uno en tres personas

En la tradición iraní se aparece el tres dotado de un carácter mágico-religioso. Se aprecia en la antigua religión de Irán con un triple significado: “Buen pensamiento, buena palabra y buena acción”.

En el arte, la arquitectura y la poética, existe el número de oro o la proporción divina, que representa la armonía de todas las partes.

El filósofo romano del siglo VI Severino Boecio, aseguraba que el conocimiento supremo pasaba por los números, es el mejor medio para acercarse a las verdades divinas.

La cultura nos transforma y el arte nos salva.

bobiglez@gmail.com