En el año de 1793 fue inaugurado el museo de Louvre en París, iniciaba así a la par del enciclopedismo un nuevo espacio que permitiría a la sociedad acercarse al conocimiento del arte y la naturaleza desde de la cultura de la ilustración. Impulsada esta institución por la Revolución Francesa de 1789, se exhibían las colecciones privadas de arte y objetos maravillosos ordenados de manera que cumplieran una función educadora.
La exhibición de objetos existe desde los tiempos primitivos y se han ido asociando al arte, pero nos cuenta Krzysztof Pomian que los objetos llamados Sémiopheres, es decir, objetos sin utilidad práctica, han sido usados desde la antigüedad para exhibirlos como trofeos de guerra o rituales religiosos.
Hasta nuestros días los museos son instituciones centrales de la cultura de un pueblo, una nación, de una ciudad o de una disciplina de la ciencia o el arte. Particularmente me refiero a los museos de arte, que han sido un dispositivo educador, sensibilizador, y estabilizador de las estéticas emergentes. Los museos de la ciencia son espacios fundamentales para relacionar a las nuevas generaciones con la información y curiosidad científica. Lamentablemente en nuestra ciudad es una asignatura pendiente que han prometido algunos políticos, pero se ha postergados por su visión limitada y agringada de las ciencias, que los hace pensar en Disneylandia o Vegas.
En este 18 de mayo día Internacional de los Museos, el museo se fortalece frente a la sociedad. El ICOM (Consejo Internacional de Museos) establece para el 2023 el lema “Museos, Sostenibilidad y Bienestar : Los museos contribuyen de manera fundamental al bienestar y al desarrollo sostenible de nuestras comunidades. Como instituciones de confianza e importantes hilos en nuestro tejido social compartido, están en una posición única para crear un efecto cascada que fomente el cambio positivo. Los museos pueden contribuir de muchas maneras a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: desde el apoyo a la acción climática y el fomento de la inclusión, hasta la lucha contra el aislamiento social y la mejora de la salud mental”.
Esta condición positiva de los museos es esperanzadora para la sociedad, a pesar de sus detractores como Theodor Adorno que los consideraba mausoleos o sepulcros familiares, George Bataille pensaba que el museo era una guillotina por ser una definidora de limites. Sin embargo, los museos se han esforzado por ser incluyentes y actualizados, al grado que los movimientos o corrientes artísticas que en algún momento pidieron su derrocamiento, el cierre definitivo, etc., hoy claman por entrar a sus salas y ser legitimados por la confianza que la institución procura en la sociedad.
El museo es una agora que convoca a los ciudadanos para conocer y reflexionar sobre la obra de los artistas de la música, la danza, el cine, la actuación, la fotografía, la pintura, la escultura, el performance y todas las nuevas practicas artísticas que conocemos.
Felicidades a todos los museos así como a todos los profesionales que trabajan en ellos, ya que sin su trabajo experto sería muy difícil conservar y exhibir las colecciones, así como establecer actividades didácticas y de difusión que permiten que los visitantes tengan una experiencia de nuevo conocimiento al visitar un museo de cualquier disciplina.
Celebremos a los museos de la mejor manera que podemos: visitándolos y aprendiendo.