/ miércoles 16 de octubre de 2024

La pista / Viajeros al tren

La idea de conectar a la Ciudad de México con Querétaro a través de un tren de alta velocidad no es nueva. Desde la administración del presidente Vicente Fox surgió la intención de impulsar una obra de infraestructura que prometiera resolver el caos vial entre ambas entidades.

Fue entonces cuando se comenzaron a realizar los primeros estudios que proyectaban un tren moderno y eficiente destinado a descongestionar la saturada autopista 57, columna vertebral del tránsito vehicular entre el centro y el bajío.

Sin embargo, el ambicioso proyecto no logró avanzar más allá del papel. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se retomó la propuesta con un renovado impulso; se hicieron anuncios públicos, e incluso se asignó la obra a un consorcio chino que, al parecer, tenía todo listo para comenzar.

Pero una vez más, el tren se quedó en espera. Las dudas, los intereses políticos y económicos junto con una licitación que terminó siendo cancelada, frenaron un proyecto que prometía revolucionar la movilidad en la región.

A pesar de estos obstáculos, el tren nunca desapareció del todo de la agenda nacional. Ahora, a casi seis lustros de aquellos primeros estudios, todo indica que finalmente podría convertirse en una realidad. Con una inversión multimillonaria y un creciente interés por desarrollar infraestructura ferroviaria, el tren Cdmx-Querétaro parece estar más cerca de su arranque que nunca. Marzo-abril del 2028 podría ser la inauguración.

Esta obra no solo significaría un alivio en términos de movilidad y conectividad, sino que también representaría un símbolo de la capacidad del país para concretar grandes proyectos. Para Querétaro, una de las entidades con mayor crecimiento económico en los últimos años, contar con un tren de alta velocidad significa una oportunidad para seguir atrayendo inversión y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Hoy más que nunca, la posibilidad de que el tren Cdmx-Querétaro se concrete es una luz al final de un túnel que ha durado décadas. Pero para que este proyecto no se quede nuevamente en anuncios y promesas, es fundamental que los gobiernos involucrados trabajen de manera coordinada y que los recursos destinados sean gestionados con transparencia y eficacia.