/ lunes 23 de octubre de 2023

Pedro y los lobos | El PRI se acabó en 2015


En 2009 José Eduardo Calzada Rovirosa destronó al PAN. Le ganó la elección estatal al gobernador Francisco Garrido Patrón.

Paco (pintor, boxeador y político) había hecho un buen gobierno.

Sus obras emblemáticas: el Acueducto II, el Centro de Congresos, el Parque Aeronáutico y el Circuito Universidades, fueron al ancla de la explosión del desarrollo queretano.

Durante sus 6 años el PIB per cápita llegó a ser 15% mayor que el promedio nacional. Entre 2006 y 2008 la inversión por PEA (Persona Económicamente Activa) creció 26.6%. La mayor de todo el país.

A la mitad de su sexenio, Paco se hartó. Vigilaba que su gabinete trabajara, pero se alejó.

Regresaba temprano a su casa, por las tardes. No salía ni aceptaba invitaciones a ningún evento.

Autoexiliado en su casa de El Campanario, a 30 meses de concluir decidió que su poderoso secretario particular, Ricardo Anaya, se encargara de la sucesión. Primero se apropió del partido.

Luego, Garrido le entregó al “Cerillo” mil millones de pesos para ejercerlos en programas sociales. Se inventaron el PAC: Programa de Acción Comunitaria.

Y, finalmente, fue el director en la fallida campaña de Manuel González Valle.

Garrido bajó la cortina y se fue a pintar óleos a su estudio, mientras Anaya operaba a sus anchas en un mundo ideal: poder y recursos.

De muy atrás, apareció José Eduardo Calzada Rovirosa. Su padre fue gobernador en 1973.

Pepe había trabajado en la Embajada de México en Washington, en varias aduanas y regresaba a Querétaro como delegado de la Secretaría del Trabajo.

El PRI no lo recibió bien. El líder de entonces, Jesús “Chucho” Rodríguez, no le mostraba afecto. Calzada trató de ser secretario en la CNOP, pero le cerraron la puerta con candado, para que no entrara. Eligieron a otro.

Calzada aguantó groserías, y como no pierde el tiempo, caminó, construyó y fue creando su historia. Alcanzó el Senado y la gubernatura.

Garrido lo desdeñaba en público y en privado. Le aventó la maquinaria completa encima y Pepe, habilidoso, se quitó una desventaja de 30 puntos para ganarle la campaña, convenciendo en la calle.

En campaña, los apoyos se desbordaban para Manuel González Valle. No hacía falta pedir, los empresarios los mandaban a domicilio. A Calzada lo dejaban horas en la antesala para decirle que no podían enfrentar al gobernador Garrido.

En 2009 Querétaro apenas rebasaba el millón de habitantes. El padrón electoral era de 683 mil 377.

Por Pepe votaron 324 mil 199 ciudadanos. Le ganó a González Valle por 35 mil 844 votos.

Calzada fue 5 años el gobernador mejor calificado del país. Trajo a Querétaro la industria aeroespacial. Se dedicó a trabajar y descuidó la formación de cuadros.

Decidió que Roberto Loyola Vera fuera su sucesor, pero la campaña del notario nunca logró enganchar con la ciudadanía, y perdió frente a la potencia de un gran candidato: Pancho Domínguez.

El PRI se acabó ahí, en 2015.

En la última elección, frente a Mauricio Kuri, le echaron su última palabra. Perdió 3 a 1, y cayó al tercer lugar de las preferencias.

No hay hoy, ningún Calzada que los saque de ahí. Busca sobrevivir, aferrándose de una alianza que les de unas migajas.


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