El mundo Mexica o Azteca era dual, esto significa que tanto personas como la naturaleza tenía dos caras, por ejemplo, sequía e inundación, los dioses no eran excepción, y de ellos el elemento sagrado más importante era el sol.
El entendimiento del hombre y la naturaleza de manera integral es la cosmovisión, y por ella la dualidad de la naturaleza, los dioses y los hombres, por ejemplo la vida y la muerte, el día y la noche. Así en casa aspecto existe un orden, y creían que el sol moría todos los días para renacer al día siguiente, en el trayecto del amanecer al zenit requería tanto la sangre de los sacrificados como del acompañamiento de los Ahuiteteo, esto es los espíritus de valientes guerreros; y del zenit al atardecer se acompañaba de las Cihuateteo, esto es las mujeres convertidas en diosas luego de morir en su primer parto. Esto era así porque entre los mexicas el momento del nacimiento era sagrado y por ello el parto era una batalla, y las mujeres que perdían la vida eran entonces guerreros vencidos y su labor después de la muerte era acompañar al sol en su camino.
El funeral de los guerreros duraba ochenta días y en ese tiempo el cuerpo era venerado por su gran valentía y toda la sociedad les rendía tributo y respeto. El cuerpo era protegido porque si tomaban parte de él era considerado como un amuleto. Además, consideraban que las diosas Cihuateteo tenían un lado oscuro, ya que anunciaban desgracia y desolación cuando se dejaban ver llorando como espíritus que merodeaban en las encrucijadas y los caminos. Algunos autores suponen que la creencia de estos espíritus unido al pensamiento hispano de fantasmas es el origen del mito de la llorona.
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