/ miércoles 11 de septiembre de 2024

Zoon politikón / Los Judas del Senado


Hoy es un día crucial para la historia política de México. Mientras escribo estas líneas, la reforma judicial que tanto ha ansiado el oficialismo está a un paso de convertirse en realidad. La esperanza se mantiene, esperando que quepa la sensatez, la voluntad democrática o la vergüenza en alguno de los Senadores que al parecer le darán luz verde a esta regresiva reforma, en estos momentos los números han comenzado a caer en su favor, y los Judas del Senado ya han mostrado sus verdaderos colores.

El oficialismo y sus aliados necesitaban 86 votos de los 128 senadores. La oposición, con sus 43 votos, parecía tener el poder para bloquear esta reforma, siempre y cuando ninguno de sus integrantes cediera a las presiones. Pero en política, todo es posible, y las presiones han hecho efecto. El primer traidor ya ha caído: el senador Miguel Ángel Yunes Linares, quien sustituye a su hijo tras su "retiro" por razones de salud, ha confirmado su apoyo a la reforma. Este acto convierte lo que parecía una batalla justa en una victoria asegurada para MORENA y sus aliados.

Miguel Ángel Yunes Márquez, antes de dejar su escaño, había sido claro en su postura: votaría en contra de la reforma judicial. Pero, de manera conveniente, "abandonó" su posición en un momento crítico, cediéndole el lugar a su padre, quien, sin perder tiempo, se ha alineado con el oficialismo. ¿Coincidencia? Por supuesto que no. La maquinaria política de este gobierno, con su capacidad para presionar, chantajear o simplemente comprar voluntades, ha demostrado nuevamente su poder.

La reforma que debilitará al poder judicial ya tiene los votos necesarios. La independencia judicial está a punto de ser sacrificada en el altar de los intereses partidistas, y los Judas del Senado, como Yunes Linares, han hecho posible esta traición.

Para AMLO, esta es una venganza, una revancha más en su esfuerzo por consolidar un poder cada vez más autoritario. La reforma judicial, que busca someter al poder judicial a los designios del presidente, es solo otro paso en su plan para eliminar cualquier obstáculo que se interponga en su camino. Hoy, celebran con orgullo el voto de Yunes Linares, pero para la democracia mexicana, este es un día de luto.

Lo que está en juego es más que una simple reforma; es el principio de la separación de poderes. Al someter a los jueces y magistrados a la voluntad del ejecutivo, el gobierno está erosionando uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia: la independencia del poder judicial. Y todo esto está sucediendo gracias a aquellos que, como Yunes Linares, decidieron traicionar sus principios – si es que alguna vez los tuvieron.

El caso de Yunes Linares es solo el comienzo. La presión sobre otros senadores continúa, y no sería sorprendente que en las próximas horas veamos a más "legisladores" de oposición cambiando su voto. Las amenazas, los sobornos y las promesas de impunidad están sobre la mesa, y el oficialismo está dispuesto a utilizar todas las herramientas a su disposición para asegurarse de que esta reforma pase.

¿Qué otros senadores seguirán el camino de Yunes Linares? Uno de los nombres que resuenan en este escándalo es el del senador Daniel Barreda de MC. Aunque al principio fue enfático en su rechazo a la reforma, su situación en Campeche lo pone en el centro de las especulaciones. ¿Podrá resistir las presiones del oficialismo o será otro de los que sucumban a la maquinaria de Morena? Los ojos están puestos en él, y su decisión podría definir no solo su carrera política, sino el rumbo de la justicia en México.

Miguel Ángel Yunes Linares y Daniel Barreda junto con otros que seguramente se sumarán a esta lista negra, serán recordados no por su servicio a la nación, sino por su traición. En el momento en que el país más los necesitaba, decidieron dar la espalda a los principios democráticos y se convirtieron en cómplices de un gobierno cuyo único objetivo es consolidar su poder.

Hoy, los Judas del PAN y MC del Senado están firmando su propio legado de infamia. Todo parece indicar que la reforma judicial pasará, pero el precio será altísimo para México. Mientras el PRI se mantuvo firme en su rechazo, la historia no perdonará a quienes, en lugar de defender a la nación, optaron por venderla.



Hoy es un día crucial para la historia política de México. Mientras escribo estas líneas, la reforma judicial que tanto ha ansiado el oficialismo está a un paso de convertirse en realidad. La esperanza se mantiene, esperando que quepa la sensatez, la voluntad democrática o la vergüenza en alguno de los Senadores que al parecer le darán luz verde a esta regresiva reforma, en estos momentos los números han comenzado a caer en su favor, y los Judas del Senado ya han mostrado sus verdaderos colores.

El oficialismo y sus aliados necesitaban 86 votos de los 128 senadores. La oposición, con sus 43 votos, parecía tener el poder para bloquear esta reforma, siempre y cuando ninguno de sus integrantes cediera a las presiones. Pero en política, todo es posible, y las presiones han hecho efecto. El primer traidor ya ha caído: el senador Miguel Ángel Yunes Linares, quien sustituye a su hijo tras su "retiro" por razones de salud, ha confirmado su apoyo a la reforma. Este acto convierte lo que parecía una batalla justa en una victoria asegurada para MORENA y sus aliados.

Miguel Ángel Yunes Márquez, antes de dejar su escaño, había sido claro en su postura: votaría en contra de la reforma judicial. Pero, de manera conveniente, "abandonó" su posición en un momento crítico, cediéndole el lugar a su padre, quien, sin perder tiempo, se ha alineado con el oficialismo. ¿Coincidencia? Por supuesto que no. La maquinaria política de este gobierno, con su capacidad para presionar, chantajear o simplemente comprar voluntades, ha demostrado nuevamente su poder.

La reforma que debilitará al poder judicial ya tiene los votos necesarios. La independencia judicial está a punto de ser sacrificada en el altar de los intereses partidistas, y los Judas del Senado, como Yunes Linares, han hecho posible esta traición.

Para AMLO, esta es una venganza, una revancha más en su esfuerzo por consolidar un poder cada vez más autoritario. La reforma judicial, que busca someter al poder judicial a los designios del presidente, es solo otro paso en su plan para eliminar cualquier obstáculo que se interponga en su camino. Hoy, celebran con orgullo el voto de Yunes Linares, pero para la democracia mexicana, este es un día de luto.

Lo que está en juego es más que una simple reforma; es el principio de la separación de poderes. Al someter a los jueces y magistrados a la voluntad del ejecutivo, el gobierno está erosionando uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia: la independencia del poder judicial. Y todo esto está sucediendo gracias a aquellos que, como Yunes Linares, decidieron traicionar sus principios – si es que alguna vez los tuvieron.

El caso de Yunes Linares es solo el comienzo. La presión sobre otros senadores continúa, y no sería sorprendente que en las próximas horas veamos a más "legisladores" de oposición cambiando su voto. Las amenazas, los sobornos y las promesas de impunidad están sobre la mesa, y el oficialismo está dispuesto a utilizar todas las herramientas a su disposición para asegurarse de que esta reforma pase.

¿Qué otros senadores seguirán el camino de Yunes Linares? Uno de los nombres que resuenan en este escándalo es el del senador Daniel Barreda de MC. Aunque al principio fue enfático en su rechazo a la reforma, su situación en Campeche lo pone en el centro de las especulaciones. ¿Podrá resistir las presiones del oficialismo o será otro de los que sucumban a la maquinaria de Morena? Los ojos están puestos en él, y su decisión podría definir no solo su carrera política, sino el rumbo de la justicia en México.

Miguel Ángel Yunes Linares y Daniel Barreda junto con otros que seguramente se sumarán a esta lista negra, serán recordados no por su servicio a la nación, sino por su traición. En el momento en que el país más los necesitaba, decidieron dar la espalda a los principios democráticos y se convirtieron en cómplices de un gobierno cuyo único objetivo es consolidar su poder.

Hoy, los Judas del PAN y MC del Senado están firmando su propio legado de infamia. Todo parece indicar que la reforma judicial pasará, pero el precio será altísimo para México. Mientras el PRI se mantuvo firme en su rechazo, la historia no perdonará a quienes, en lugar de defender a la nación, optaron por venderla.