La parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de la colonia Carretas, fue la elegida por el matrimonio formado por Priscila Díaz Bautista y Diego Díaz, para llevar a su hijo León hasta la pila bautismal y que reciba el agua bendita con la cual lleve su nombre y de esta forma sea liberado del pecado original con el que cuenta en la iglesia Católica.
Envuelto en un hermoso ropón blanco llegó en los brazos de sus padres quienes orgullosos lo presentaron ante los ojos de Dios y juntos escucharon el mensaje que les dedicó el sacerdote durante el rito, el cual versó a cerca de la importancia de tener en los padres, un pilar como ejemplo a seguir en la vida espiritual y al mismo tiempo se acercó al niño para ungirle los aceites benditos.
El padrino, José Antonio Bautista también recibió el mensaje de ser una persona espiritual que muestre el camino a su ahijado en todas las etapas de su vida, lo invitó a ser guía y estar siempre cuando León lo necesite.
Más tarde y ante la presencia de los abuelos Miguel Ángel Díaz y Carmen de Díaz, familiares y amigos, se sumaron a la dicha y felicidad del joven matrimonio, que los invitó a conocido salón de fiestas para celebrar tan importante acontecimiento en su vida religiosa.