La pandemia ha cambiado la realidad radicalmente. El día de mañana se ha convertido en un territorio desconocido, donde nos adentramos sin brújula ni mapas, y en el que resulta más aventurado que nunca hacer planes o previsiones. Si el futuro es de por sí incierto, este nuevo año se ha vuelto además imprevisible.
Giulia de Benito y Adrián Garrido, psicólogos del Instituto Centta (www.centta.es), que imparten un taller ‘en línea’ de acompañamiento psicológico para la fiestas navideñas, comparten algunas claves para orientarnos y movernos en esa “terra incógnita” que comenzaremos a recorrer y explorar a partir del próximo viernes, día 1 de enero.
¿CÓMO VIVIR EL MOMENTO SIN CULPA NI PASIVIDAD?
Para el psicólogo Adrián Garrido “estamos viviendo momentos de cambio constante y es necesario adaptarse a una realidad incierta y que en ocasiones evoca dolor, pues no tenemos ninguna referencia anterior que permita afrontarla con seguridad, generándonos una sensación de que todo nos supera”.
“Esta situación provoca que nos mantengamos en una actitud reacia y que todo lo que hagamos sea desde lo que nos apetece en ese momento”, explica.
“Adoptar esta actitud puede llevarnos a un estado de indefensión aprendida, es decir a un comportamiento pasivo, debido a la sensación de no poder hacer nada, aunque haya posibilidades de cambiar la situación, o a tener una perspectiva de futuro desesperanzada, lo cual nos limita como personas y reduce nuestras posibilidades de adaptarnos a la nueva realidad”, según Garrido.
Estas son las dos estrategias clave que recomienda adoptar este psicólogo para afrontar un incierto 2021:.
1.- Plantéate objetivos realistas y a corto plazo en los que tengas altas probabilidades de cumplir con éxito.
Explica que algunas claves para enfocar esta estrategia es plantearse un horario o una rutina que sea flexible, con un inicio y un final definido para cada actividad y que, en caso de que no podamos cumplirla, no nos vaya a generar estrés o emociones que evoquen a un sentimiento de culpabilidad.
“Esto nos permitirá adoptar una actitud más activa y conseguir que los obstáculos que se nos presenten podamos afrontarlos desde una predisposición diferente, quizá más positiva y constructiva”, según Garrido.
2.- Lleva registros diarios de tus ideas y emociones para desactivar tus sentimientos de culpa.
Para Garrido es normal que durante el proceso de adaptación a las nuevas experiencias nos sintamos culpables debido a lo que hemos pasado y a la situación en la que nos encontramos.
“En la primera anotaremos la situación en la que nos sentimos culpables (ejemplo:“Estoy en el sofá sin hacer nada”); en la segunda, anotaremos nuestros pensamientos (ejemplo:“No puedo salir a hacer ejercicio por el momento en el que estamos”); y en la tercera apuntaremos aquellas emociones que este pensamiento nos sugiere (ejemplo:“Me siento desesperanzado e indignado”).
“Por último, la cuarta columna la rellenaremos al final de cada día, cuando estos pensamientos y emociones se habrán regulado un poco más”, según Garrido.
En esta columna, “escribiremos si estas ideas y emociones son irracionales, y hasta qué punto lo son y si se adaptan bien a la realidad actual”, recomienda.
“También escribiremos en ese espacio las cosas que nos vengan a la mente para poder sobrellevar la situación por la que nos sentimos culpables, para lo cual podemos pedir ayuda o consejo a personas cercanas, para contar con más puntos de vista”, señala.
“Este ejercicio tiene como fin valorar estas situaciones desde un canal más racional y con más perspectiva, en lugar de juzgarlas desde un canal más emocional y con visión de túnel, es decir, con una percepción muy estrecha y limitada de la realidad”, concluye Garrido.