Un hombre ejemplar, amado por su familia y querido por su vasto grupo de amistades, así fue el doctor Mariano Amaya Serrano, quien falleció este sábado, un incansable queretano que pasó su vida trabajando en favor de los queretanos, con pláticas por demás amenas y un fiel apasionado de la escritura y la buena lectura.
En 1976 tras ser nombrado Enrique Rabell Fernández, como Rector de la Universidad Autónoma de Querétaro, Mariano Amaya Serrano, es favorecido como Secretario General, tras su larga carrera fundó el Sindicato de la SUPAUAQ, además del Colegio de Abogados Litigantes, escritor de las de 40 libros, académico al cual sus alumnos recuerdan como un profesor íntegro, revolucionario y gran conocedor, "Mi maestro de Prepa al que le debo tantas e se lanzas y una sólida amistad", público hace unos momentos en redes sociales Marco Antonio Ugalde.
Amante de la buena plática, donde lo mismo daba debatir sobre las bodas gay, hasta la paridad de género, los derechos humanos, conversar con el maestro sin duda era abrir tu propio panorama, además de ser un gran letrado, tenía una manera muy peculiar de ver la vida por lo que era un privilegio ser parte de esas pláticas de café y té.
El doctor se dice era de los hombres más cultos del estado y con una queretaneidad muy arraigada en alguna ocasión mencionó en entrevista ser un partidario de la religiosidad y pudiera ser por el tiempo que pasó en el Seminario donde además obtuvo su primera formación sobre teología "pertenecemos a una sociedad tradicional pero no fanática, sino libre y respetuosa de sus tradiciones y cultura", aseguró en aquella ocasión.
Formó una bella familia al lado de Maru Urquiza y conservó grandes amistades que hoy lloran su partida, pero siempre guardarán el recuerdo de un hombre tan admirable como don Mariano. Descanse en paz maestro y que el cielo lo reciba en la gloria de Dios.