Fundada por el matrimonio conformado por Francisco Balbás Fuentes y Consuelo Sánchez Mendoza, por el año de 1950, la Botica del Perpetuo Socorro, fue la primera después de las vías del tren según recuerda, Marcela Balbás Sánchez quien actualmente es la encargada tras el fallecimiento de sus padres.
“Mis padres iniciaron el negocio y aprendieron en el Sagrado Corazón de Jesús con don Ramón García Vega, él instruyó a varios boticarios, el señor sabía mucho”, recuerda Marcela.
Los queretanos aún mantienen el recuerdo de todo lo que se vendía en el lugar, las pócimas que se preparaban y que muchas eran recetadas por médicos de la época que recomendaban ir con el boticario para que les “preparará el remedio”.
Hoy en día, esto se va terminando y a decir de su dueña ya son pocos los productos que se venden como el agua de rosas, de nardo, de hamamelis, los aceites, el agua de espanto, entre otros que son los que algunas personas siguen adquiriendo.
“La época ha cambiado, hay muchas cosas que se han perdido y aunque aún vienen por remedios, como por ejemplo aceites para sobar el empacho o agua para el susto, dejamos de hacer preparaciones porque ya nadie los pedía” cuenta Marcela; la gente que antes curaba, ya no está y pocos se han quedado con sus conocimientos, anteriormente se sobaba y se acomodaban partes del cuerpo, se utilizaban las lavativas que eran muy buenas, pero ya no lo hacen, dijo.
El señor Balbás como era conocido gustaba de preparar sus fórmulas y tener un trato cordial con todos quienes iban a consultarlo o a que les preparara su remedio, a decir de su hija en ese tiempo su padre abría el lugar, desde las 7 de la mañana y hasta las 11 de la noche dada la alta demanda por sus servicios; su esposa por su parte curaba, acomodaba huesos, entre otras cosas. “Hoy es otra época, en estos tiempos abrimos de 10:00 a 6:00 de la tarde”.
Una de las grandes tradiciones que conservan, es la del 27 de junio, fecha que se celebra el día de la Virgen del Perpetuo Socorro, patrona del lugar; la familia Balbás ofrece una comida en sus instalaciones y aún el año pasado en medio de la pandemia por Covid-19, la familia ofreció una taquiza “para llevar”, pues las medidas sanitarias no les permitieron que ingresaran las personas. “Es una costumbre que se tiene desde que mis padres vivían y ya la gente sabe que ese día es de fiesta en la botica”. Balbás Sánchez espera que algunas de sus dos hijas o sus nietos continúen con el legado de los fundadores.