El restaurante Almorzero fue el elegido por varios grupos de amigos, compañeros de trabajo y familias para disfrutar de un agradable desayuno en donde el pan dulce, la fruta y los jugos no fueron lo más rico del momento sino el tiempo invertido para compartir anécdotas, despedidas y bienvenidas entre los seres queridos.
Más de treinta hombres, mujeres y niños llegaron a temprana hora para ser recibidos por el equipo de servicio que amablemente los llevó a sus mesas, que se convirtieron en testigos de conversaciones que amenizaron el momento.
Enfrijoladas acompañadas con frescas rodajas de aguacate, queso fresco, crema y chorizo, huevos florentinos y chilaquiles, fueron tan solo algunos de los platos más solicitados por los ávidos comensales que los maridaron con café de olla, capuchinos y malteadas para que a su término cada uno pudiera sonreír de satisfacción con un buen sabor de boca.