Las maravillas que guarda la ciudad son sin dudas sus historias y acontecimientos que han marcado a través de los tiempos el acervo queretano, en donde importantes acontecimientos llenan de anécdotas dignas de compartir como la del famoso Pasaje de la Llata.
Según documentos adscritos al municipio, la construcción fue realizada a mediados de 1700 y según sus primeros datos en 1865 perteneció a doña Trinidad de la Llata. En la mansión se propuso instalar el Casino Español pagándole una renta de setenta pesos. En los recuerdos de la página oficial de la propiedad, se menciona que Maximiliano de Habsburgo usó el casino como residencia particular y ahí celebró grandes recepciones, reuniones y consejos con sus generales y jefes militares. Durante el sitio militar el casino fue habilitado como hospital de sangre y fue residencia del gobernador del Estado, Coronel Don Benito Santos Zenea en 1873 a los 32 años de edad.
Cuenta la familia De la Llata en el portal oficial, que en mayo de 1904 la empresa Morrison y Villagrán, con el nombre de "Salón Rojo", instaló en el patio de la casa el primer local público que hubo en Querétaro para exhibir películas cinematográficas mudas y dos de los patios funcionaron como terminal de automóviles para pasajeros denominados Corsarios del Bajío.
En épocas más recientes este emblemático lugar se convirtió en un escaparate de comercios de diferentes giros, pero sin duda la mercería “El Roble” guarda también una tradición para los queretanos que desde hace más de 70 años da la bienvenida a quienes visitan el lugar. Las palomitas de maíz son tradicionales desde 1979, las cuales desprenden un delicioso aroma que recuerda para muchos queretanos su niñez y los que recientemente han llegado a vivir, no pueden resistirse a su delicioso sabor. “Novias Evelia”, es otra tradición para muchas mujeres a la hora de adquirir su vestido para el día más importantes de su vida.
Con el pasar de los años los negocios han cerrado sus puertas, como “Fotografía Galván”, que perteneció a don Esteban Galván, quien fue de los primeros fotógrafos en retratar a la sociedad queretana de aquellos tiempos. "El señor Galván retrataba a todos y lo hacía maravillosamente, también trabajaba para gobierno y luego se cargaba de mucho trabajo; dejó un gran acervo, incluso alguna vez sus hijos comentaron que querían exhibir o donar todo su trabajo, pero finalmente ya no se supo nada" cuenta Socorro Cabrera, quien mencionó que su familia siempre fue clienta del fotógrafo queretano.
Hace años uno de los cafés más concurridos fue el “Molino Rojo” para después convertirse en Los Cántaros y hasta hace casi un año comenzaron la remodelación del lugar, pero por desgracia con Covid-19 la parte del restaurante no ha sido abierta, funcionando únicamente en la parte alta como comida corrida. También como oficinas de gobierno, La dirección de la Defensoría de Oficio, según cuenta Josefina Romero ex trabajadora de las oficinas.
El bello pasaje guarda grandes recuerdos y añoranzas como la escultura en yeso del artista italiano José Gastaldi adquirida por don Eduardo De la Llata y De la Llata, en 1900 y fue colocada en el descanso de las escaleras de la casa y recordada con una placa en agradecimiento a la familia. Quienes han visto evolucionar este lugar comercial saben que es uno de los sitios favoritos para acudir a realizar compras de diferentes productos y sus inquilinos como Norma Granados de “Creaciones Nouvelle”, siguen considerando este lugar como un sitio lleno de tradición.