Nuestra vida es constante movimiento, aunque quizás no nos percatemos, todo está formado por ciclos, los ciclos pequeños se van sumando y se convierten en ciclos más grandes y con cada movimiento se gestan cambios, es por ello que los cambios son parte del flujo de vida, y por ello lo que no cambia se estanca y muere.
El ciclo que recién concluyó merece un balance, una mirada para ver qué ganamos y que perdimos en el año, ya que esto nos permite tomar conciencia, que es aprendizaje, para repetir aquellas conductas que nos condujeron al éxito, al bienestar, a la alegría, a la gratitud.
También para permitirnos mirar nuestros errores y nuestras pérdidas y aprender de ellos, pues al aprender no requerimos experimentarlos una vez más. Y hacerlo sin reproche, sin culpa es importante, porque hoy vivimos un tiempo extraordinario de cambio y transformación, donde podemos ver la experiencia humana como aprendizaje, y como aceptación, para comprender que la más alta misión que tenemos es re-aprender a SER felices, que es un derecho a conquistar liberándonos de las viejas creencias de culpa y castigo, mismas que nos limitaron y nos encadenaron por generaciones al sufrimiento. Y hoy necesitamos aprender como seres responsables para elegir como queremos experimentar la vida.
Observar todo y aceptar es un principio fundamental que nos conduce a la plenitud, y es que al dejar de luchar con lo que hay, aceptando lo que es, liberamos la tensión, el estrés que se genera por ir en contra de la corriente, y esto se aplica a personas y circunstancias, nada más desgastante que querer que una persona sea de tal o cual manera, sin comprender que esa persona tiene una historia detrás que la ha llevado a ser como es y que al tratar de cambiarla solo luchamos con lo que hay y esto genera un desgaste. Lo mismo es aplicable a muchas situaciones en nuestro entorno.
Lo anterior lo cito para que lo tomes en cuenta en el balance del año que concluyó, y puedas hacer un listado de 10 cosas importantes o aprendizajes del 2017, y en otra lista 10 cosas que hayas perdido o errores que te hicieron moverte de lugar.
Cuando las tengas léelas en voz alta y agradece cada una de las listas. Guarda esas experiencias, cerrando los ojos, abre tu corazón, y lleva a sentir en tu cuerpo eso que viviste y estas agradeciendo para abrirte a lo nuevo, respira profundo hasta que percibas una sensación de tranquilidad con el pasado. Abre tus ojos y ábrete a un nuevo comienzo, a un nuevo ciclo.
Después reflexiona, que quieres experimentar en el 2018, siendo realista hay que poner nuevas metas alcanzables y medibles en el tiempo para confiar en uno mismo, repite cosas que sepas te causan alegría satisfacción. Decide cómo mirarte a ti mismo y a los demás, observa ser benévolo con tu pensamiento y palabra y pide y desea a los demás lo que te gustaría para ti mismo. Considera que la felicidad no provine del exterior, que en realidad cuando uno está alegre agradecido, lo comparte, lo transmite, porque damos lo que tenemos y si la felicidad la ponemos en el exterior entonces dependeremos de todo y de todos para SER.
Ahora realiza una lista con 10 cosas nuevas a experimentar en el 2018 y dale la bienvenida en tu corazón, el año será lo que tú estés dispuesto a hacer con el, comprométete al cambio y la vida fluirá a través de ti, irradiando alegría y bienestar.
Tú eres el cambio que el mundo requiere, seamos el cambio que queremos en nuestro México.
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