Diana Itzel Ramírez González, una mujer tenaz y con gran creatividad desde niña que le ha abierto diversas puertas para satisfacer necesidades reales, incluso en grandes mundos corporativos. Actualmente trabaja para una escuela desarrollando libros de texto e ilustrándolos y le encanta la idea de saber que quizá un niño le guste su trabajo y que podría estar sembrando la semilla para que ese niño decida dedicarse a esto de grande.
Considera que para ser un buen diseñador e ilustrador el requisito principal es ampliar el conocimiento, la biblioteca visual y tendencias, no solo en el campo gráfico o la comunicación visual sino a gran acervo cultural; el diseño debe cumplir funciones como la de explicar al usuario el armado de una herramienta o la interpretación de iconos para usar una app.
Platicó que para ella, lo más importante en su trabajo más allá de la inspiración es dejar fluir las ideas llegando a un resultado sorprendente, “se trata de pensar y ponerte en los zapatos del usuario para evaluar cuál es el sentido o el propósito de ese proyecto”, tendiendo en cuenta siempre cuál es el mercado meta.
Cada ilustración y diseño que crea es único y muchas veces el proceso es tenebroso y los resultados no son los esperados y más difícil aún enfrentarse a redes sociales donde todo el mundo puede opinar sobre tu trabajo.
Su verdadera pasión es ilustrar y dedicarse a desarrollar contenido de fantasía y para niños pues siente que explora todas sus ideas, comparte sus sueños e inventa historias o temáticas para resolver algún proyecto.