Nadie nace con un manual para ser mamá, por lo mismo cada mujer vive la maternidad de forma distinta, unas con temor otras con alegría, al final lo que sobresale es el amor que se tiene por los hijos; en el caso de Diana Vallarino significa conocer un amor único e inigualable, en el que aprende tantas cosas, tantas virtudes que tenía y que desconocía.
Diana vivió un embarazo muy lindo, tan es así que cuando tenía seis meses viajó al extranjero sin problema, sin embargo, lo complicado surgió al octavo, cuando comenzó con contracciones muy seguidas y Mila traía palpitaciones más altas de lo normal, lo que ocasionó que le hicieran cesárea.
“Creo fielmente que no nacimos solo para ser madres, ni que todas debamos traer hijos al mundo, solo porque la sociedad lo dicta, somos completas de nacimiento, y no necesitamos de nadie para ser felices, también pienso que si vas a querer tener hijos, es para entrarle con todo a lo que viene, es estar para tu hijo siempre, es enseñarle valores, enseñarle a amarse, respetarse y amarlo por sobre todas las cosas, con sus propios defectos y virtudes”, dijo.
A diferencia de lo que se imaginó y de lo que le decían que sería ser madre, Diana intenta llevar una vida tranquila, procura pasar tiempo con su esposo Héctor Cruz Boy y de Mila, pues es lo que la llena de alegría.
“A veces es difícil, hay situaciones que no sé cómo sobrellevarlas, intento leer sobre temas relacionados con bebés, en casos similares a los míos, en otras le pregunto a mi mamá, ahora la entiendo más que nunca, y muchas cosas las aprendo por intuición. Al final, no hay un libro sobre cómo ser Buenas Madres”, detalla.
pienso que si vas a querer tener hijos, es para entrarle con todo a lo que viene, es estar para tu hijo siempre, es enseñarle valores, enseñarle a amarse, respetarse y amarlo por sobre todas las cosas, con sus propios defectos y virtudes