“El amor todo lo puede en Cristo”, con este mensaje el sacerdote del templo de San Agustín dio la bienvenida a la pareja conformada por Sandra Michel Anaya Santillán y Mauricio Lujano González, para después de un año y medio de noviazgo unir su vida ante Dios y teniendo como testigos a sus familiares y amigos más cercanos.
Luciendo un bello atuendo nupcial, el cual resaltó su juvenil figura, Sandra llegó acompañada de su abuelo don Jesús Santillán y su mamá Irma Santillán, quienes con mucha emoción entregaron a la novia a pie del altar a Mauricio, el cual ya la esperaba ansioso en compañía de sus padres, Miguel Ángel Lujano y Lucina González.
Ya en la ceremonia y junto a sus padrinos de velación los señores, Eva y Enrique Santillán, refrendaron sus votos y pidieron al creador porque su unión sea para toda la vida, tras intercambiar los símbolos matrimoniales con los que el sacerdote los declaró finalmente marido y mujer.
Una vez concluida la ceremonia religiosa, los novios, junto a familiares y amigos se dirigieron a conocido salón de eventos en la ciudad donde fueron recibidos entre aplausos y algarabía por sus invitados que no dejaron de desearles lo mejor en esta nueva etapa de su vida. Con un delicioso banquete y selectas bebidas propias para la gran ocasión los novios alzaron sus copas para hacer partícipes de su felicidad a todos los presentes, quienes animados brindaron y degustaron los platillos que ofreció el chef del lugar.
El momento emotivo de la recepción fue cuando la pareja bailó su primera pieza musical ya convertidos en flamantes esposos, para posteriormente romper la pista y hacer bailar a todos los presentes con la música del Dj encargado de poner el ambiente en una tarde que sin duda Sandra y Mauricio recordarán por siempre.
Cuando la noche ya se asomaba los novios se despidieron, agradeciendo a todos sus familiares y amigos por sus buenos deseos y así comenzar su viaje de luna de miel.