Tradicionalmente, las esferas navideñas son de cuatro colores y cada uno representa una oración distinta; las rojas, son plegarias y deseos; las plateadas son nuestra forma de agradecer por lo que se nos ha dado; las doradas representan las alabanzas hacia Dios; y las azules son nuestra forma de mostrar remordimiento por nuestras faltas y arrepentimientos por los pecados.
Durante la edad media, cuando en los bosques de Europa central el cristianismo trataba de instaurarse entre los habitantes de estas regiones que aún practicaban el culto a las deidades nórdicas, un misionero alemán llamado Bonifacio, adoptó la costumbre de estos pueblos de decorar un fresno o un roble a mediados de diciembre, pero en una versión cristianizada, pues sustituyó estos árboles por un pino y le colocó manzanas, las cuales representaban el pecado por el cual Adán y Eva habían sido expulsados del paraíso, así como todos los vicios y las tentaciones a los cuales estaba expuesta la humanidad.
Con el paso del tiempo, las manzanas fueron sustituidas por las esferas de cristal, cambiando también sus significado,ahora simbolizan el don y la virtud divina, representan oraciones que se deben realizar en el periodo de adviento.