Noche de antojitos mexicanos, velada para recordar la gastronomía del país. A pesar de que están restringidas las salidas por nuestro bien, y así cuidarnos al extremo del contagio con motivo de la pandemia por Covid-19, no podemos dejar de celebrar el aniversario de la Independencia en familia y saborear los antojitos típicos y deliciosos de temporada. Con información de Raymundo Rivera González, Cronista de las Tradiciones Populares en la Ciudad de México, hace referencia de estos tres platillos que a todos encanta.
GUAJOLOTAS
La guajolota es el nombre que en la Ciudad de México se le ha dado tradicionalmente desde hace más de 50 años, a una torta de tamal (un tamal en medio de un pan bolillo) en la que el tamal se encuentra frito. Generalmente en los puntos de venta se la puede acompañar con un atole, esta rara combinación, del trigo con el maíz nace en las calles del centro histórico de la gran urbe.
En México, específicamente en la capital, existe un alimento que tiene el súper poder de levantar a los que se dirigen medio dormidos al trabajo y llenarlos de energía suficiente para cumplir sus labores, desde los propios de una oficina hasta aquellos que requieren mayor esfuerzo físico. Además, lo preparan y venden calientito, desde las 06:00, en casi cualquier esquina y a un precio que apenas supera los 20 pesos. Las más comunes son de chile verde, rajas con queso, mole y dulce. También se elaboran con chilaquiles y con tamales oaxaqueños y fritos, incluso hay quien dice que estas últimas son las originales.
Su nombre proviene del tipo del pan de baja calidad que se utilizaba para preparar “El guajolote”. No se tiene fecha exacta se su creación, se dice nació por los años 50' y que fueron los mismos habitantes de la ahora CDMX quienes la inventaron como una respuesta a la necesidad de un desayuno rápido y rico en carbohidratos.
Incluso suelen ser consideradas un placer culposo por la cantidad de calorías que contienen, entre 800 y 1000 en promedio. Como sea, ¡gracias Guajolota por existir!
PAMBAZOS
Respecto al pambazo es un pan tradicional mexicano, su relleno varía en cada región de México, lo cierto es que el origen del pambazo hace referencia a un pan liso muy parecido a la telera, que en la región istmeña se elabora a partir de una masa hecha con harina, agua, azúcar, manteca y levadura. En regiones del centro del país, como Puebla, el pambazo es blanco redondo y enharinado que se rellena con mole poblano dulce o con frijoles refritos y queso fresco o con frijoles y longaniza frita.
Otro modo de comer este tipo de pan suave y enharinado, pero alargado, es el pan de “chancla” y se come bañado con una salsa roja o más bien caldo espeso, hecho de chiles guajillo y ancho y puede llevar además chile puya o chipotle.
Se rellena de longaniza o de carne molida de res -que se coció en el caldo-, aguacate y cebolla y se llama “chancla” porque se remoja en la salsa y casi se deshace. No lleva crema.
GUAJOLOTE QUERETANO
Por lo que respecta al llamado "guajolote de Querétaro", esta es una copia de la " guajolota de la Ciudad de México.
El "guajolote", también es una rara combinación con el trigo y el maíz, que se oferta desde hace muchos años, en regiones de Michoacán y Guanajuato, pan blanco, con "uchepo ", "corunda", o tortilla rellena de queso, zanahoria y papa, bañada con salsa roja.
Se acostumbra en todo el estado de Querétaro, comer no solo en estas fechas, el rico guajolote que se prepara cada quien con su sazón, estilo y gusto; unos lo prefieren con carne deshebrada, otros con jamón, crema, zanahorias y papas fritas.