En Querétaro acabamos de celebrar el Domingo de Ramos. De la Pasión del Señor: Se celebra la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén para consumar su misterio pascual. Llevamos a bendecir nuestras palmas, que son muestra de las manos artesanas que interpretan con palma y otros elementos los símbolos que son mensaje de fe. Y nos preparamos para los días más importantes:
El Jueves Santo, cuando se celebra la Institución de la Sagrada Eucaristía como memorial de la Pasión del Señor, la Institución del Sacerdocio Católico y el Mandato de la Caridad Fraterna. Se lleva a cabo la Liturgia de las Horas, la Solemne Misa de la Cena del Señor y la Adoración de la Cruz.
El Viernes Santo obliga el ayuno y la abstinencia, pues se conmemora la Pasión y Muerte del Señor. Cristo es sentenciado a muerte. Se rememora el encuentro del Señor con la Virgen María, las Siete Palabras de Cristo en la Cruz y el Santo Entierro.
LA TRADICIÓN EN QUERÉTARO.
El Jueves Santo se lleva a cabo el Lavatorio de Pies, en el que en un acto de humildad, el Señor Obispo y los sacerdotes, en un acto de humildad, lavan los pies de algunos ancianos para patentizar el mandato del Señor, con la caridad con la que se debe servir a nuestros semejantes y la limpieza del alma con que se acercan los fieles a recibir la Comunión.
Al celebrar la misa se recuerda el significado del Jueves Santo y se hace énfasis en las palabras que dijo Jesús en la última Cena: Éste es mi cuerpo.
Después de celebrarse la misa de la Cena del Señor, es costumbre arraigada en Querétaro que una multitud de fieles acostumbramos asistir a la Visita de las Siete Casas, es decir visitar siete templos o iglesias, donde admiramos el esplendor de los altares, aunado al arte popular, y en cada una de ellas rezamos una ‘estación’ o el Viacrucis.
Estas romerías por los templos no están consideradas como actos litúrgicos, sino que permiten meditar sobre la Pasión de Cristo, además de inculcar en la familia la importancia de conservar nuestras tradiciones y además, disfrutar del atole blanco, los buñuelos, los antojitos, las charamuscas y todo lo que se expende en nuestras plazas públicas.