¿Quién dice que ser mamá es la aventura más maravillosa del mundo?, preguntó la bella Lilibeth a los asistentes a la Mirruña Teatro al comienzo del monólogo ¡A la Madre! Así dio inicio la divertida puesta en escena de la actriz queretana Jessica Zermeño, quien como cada año celebró a las mamitas con esta puesta en escena de su autoría, misma que está cargada de contrastes que llevan a los asistentes a un vaivén de emociones.
Con solo su presencia, la actriz logra atrapar al público en el reflejo de lo que una mujer pasa al momento de convertirse en madre, en su monólogo presenta los miedos, dudas, preocupaciones y todo los cambios que una mujer experimenta al concebir una vida, dentro de la de ella, de una manera chusca y casual.
La obra inspirada en una amiga de la actriz, misma que Jéssica escribió en el año 2012, es la vivencia que refleja el sentir de las madres primerizas, “aún no era mamá, ni me había casado cuando la escribí, este monólogo lo presentó solo el 10 de mayo y ha ido evolucionando con lo que viví durante mi embarazo y el de otras amistades; es el cliché que vivimos todas quienes hemos tenido la bendición de ser madres”.
Conforme la actriz iba relatando los procesos que una mujer va experimentando durante los nueve meses de gestación, la interacción de su esposo Vikito y la espera de su “beba”, las mamás asistentes se iban identificando y asintiendo con la cabeza los pasajes relatados, mientras sus hijos y esposos les decían divertidos: “¡sí eres!”.
La obra sin duda reconoce la gran labor que se tiene como mamá y que pese a la adversidad, las molestias propias del embarazo, las mamás tienen el temple para salir adelante y sus brazos siempre están cargados de amor para sus hijos.
La cúspide del monólogo está basada en la reflexión de la mamá a su propia madre, un momento sublime que no solo hizo llorar a la actriz, quien contagió sus emociones al público a los que se mes rodaron las lágrimas, muchos al recordar a su madre, otros al reflejarse en la situación y muchos más agradeciendo a quien les dio la vida. Tras el final de la puesta en escena, una vez prendidas las luces, fue maravilloso ver a las familias abrazadas y mencionando lo importante que son las mujeres que nos han regalado un pedacito de su amoroso corazón.
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Entre aplausos de reconocimiento a su impecable actuación, Jéssica recibió a su pequeño Patito y a su esposo Víctor Iván Aguilera Mena, quienes la sorprendieron con dos bellos ramos de rosas como un reconocimiento a la bella y amorosa mamá que es. ¡Felicidades!