El salón Batán fue testigo para que miles de alumnos de bachillerato dieran el último paso de esta etapa y el más esperado. La celebración final. Aunque en su camino se tendrán que tomar decisiones complicadas, esa noche solo sirvió para reforzar su amistad, enorgullecer a sus padres y poder estar juntos quizá por última vez.
Una noche que ninguno de ellos olvidara, junto con bailes, actividades y miles de fotos para inmortalizar el momento, una hermosa puesta de sol fue la señal para iniciar las festividades. El salón proporciono todo lo requerido, incluso calefacción para soportar el frío de la ubicación.