Desde los tres años Juan Pablo Morales Martínez supo que se quería consagrar a Dios, su mamá Cirila Martínez Huerta así como su papá Pedro Morales Barrón, siempre apoyaron a su hijo en la vocación que comenzaba a crecer en su corazón.
Juan Pa como cariñosamente le llaman desde sus 15 años y una vez concluida la secundaria ingresó al Seminario en su natal San Juan del Río donde estudia la preparatoria y desea continuar todos sus clases para que en aproximadamente 10 años cuando haya recorrido todas las materias que se requieren se pueda ordenar como sacerdote de la iglesia católica, apostólica y romana. Pero mientras eso sucede el jovencito busca que en su municipio, estado y en todo el país reine la paz, que Dios con sus ojos bondadosos voltee a ver al pueblo mexicano y en su misericordia nos regale la dicha de volver a ser un lugar libre de la violencia y maldad en el que hoy se encuentra sumido.
Para ello como buen chico soñador, Juan Pa se propuso ir al Vaticano para poder pedir la intersección del Santo Padre el Papa Francisco, para que a México no lo suelte de sus oraciones e interceda por la paz que tanta falta le hace al país. Para lograrlo se unió a la peregrinación que hace la Diócesis de Querétaro donde viajan a Roma, Jerusalén y algunos otros sitios de Tierra Santa, para de esa manera poder tener un encuentro con el Papa y obsequiarle un Solideo que él mismo con sus ahorros pudo comprarle.
El jovencito platicó para Diario de Querétaro que su primer gran sueño había sido conocer a la máxima autoridad de los católicos, y ese ya casi se cumple, pero hay otro uno que lo hace despertar cada día agradecido y rogando a Dios le ayude a lograrlo, después de ser sacerdote, continuar estudiando para convertirse en Obispo, “quiero ser un Obispo cercano a la gente, no quiero que ellos tengan que buscarme, sino yo buscarlos y estar con ellos”, dice entusiasmado.
Y así como Juan Pablo logró con mucho esfuerzo poder vivir la experiencia de esta peregrinación, quienes lo conocen no dudan que con el favor de Dios se convierta en el primer Obispo que cambie las reglas del juego para tener una mejor conexión con los creyentes.