Para muchos Pino Suárez número 9 no era solo una dirección, era el lugar exacto donde se podía acordar un encuentro, donde todo ajedrecista acudía a practicar este deporte al ritmo del tic toc de sus relojes de doble esfera, o donde se podía encontrar a los intelectuales al calor de una disertación, y a los escritores locales esbozando las ideas de sus próximas obras o poemas. Ese lugar era el “Café del Fondo”, un espacio que a lo largo de 25 años cobijó entre sus muros al gremio cultural y artístico local, pero que tras la contingencia sanitaria por Covid-19 tuvo que cerrar sus puertas definitivamente como muchos otros negocios queretanos.
Y es que de acuerdo con su impulsora, Elsa Doria Martínez, aunque la cafetería fue considerada dentro de los comercios esenciales, los costos de operación superaron sus ventas en los últimos tres meses. “No era viable porque la comida para llevar se vende muy poco y era muy difícil estar calculando las ventas, y más que nada en este tipo de negocios que es tan económica la comida. Se necesita vender un volumen muy alto para que sea realmente redituable (…) por lo cual nos hemos visto obligados a cerrar definitivamente después de 25 años de estar acá. En octubre de este año íbamos a cumplir 26 años en esta dirección”.
Frecuentado desde los años 90 por escritores, pintoras, actores, dramaturgas, sopranos, huapangueros, así como intelectuales, ajedrecistas y activistas, ahora sus mesas y pasillos lucen vacíos.
Su característico olor a café recién tostado y molido se ha ido también, y en las paredes solo queda el rastro de los murales que Santiago Diez realizó hace un par de años, inspirado en los parroquianos más asiduos, quienes desde hace tiempo, como si se encontraran en su propia casa, “se servían ellos mismos su café o entraban hasta la cocina por azúcar”, recuerda Elsa entre risas.
“Lamentamos mucho que esté sucediendo esto porque este café ha sido emblemático en muchos sentidos, más que nada por ser un lugar de encuentro, de reunión; un lugar de acogida para mucha gente, especialmente para el sector cultural que acostumbraba a reunirse acá desde hace mucho tiempo, prácticamente desde que iniciamos”, agrega.
La cafetería fue fundada en 1986, como un anexo a la librería del Fondo de Cultura Económica, de ahí su particular nombre. Originalmente el complejo se encontraba ubicado en la calle Corregidora, esquina con 16 de Septiembre, como parte del proyecto Unidad Cultural del Centro, que impulsó el entonces gobernador, Mariano Palacios Alcocer.
“La cultura era parte esencial de nuestro concepto, estábamos a lado de la librería y arriba de nosotros se encontraban la casa del ajedrecista y la casa de los escritores, entonces el ambiente siempre fue muy cultural. Cuando nos cambiamos a Pino Suárez 9, se terminó aquél proyecto, y entonces prácticamente todos los que estaban se vinieron acá: la gente de las letras, los pintores y los ajedrecistas que también la hicieron su casa”.
Desde entonces, nuevas generaciones comenzaron a circular por sus mesas, sus rincones sirvieron de auditorio y set para cortometrajes, e incluso la fama del espacio se hizo internacional.
“Mucho tiempo estuvimos en una guía de mochileros, entonces llegaban personas de todo el mundo con su guía en la mano buscando este lugar, por ser precisamente un espacio económico, de comida casera, de comida mexicana, comida sana, natural”, comparte Elsa.
Como promotora de la economía solidaria y el comercio justo, Elsa afirma que ahora más que nunca es importante consumir lo local, así como apoyar a los productores queretanos y sus comercios.
Tras esbozar una sonrisa, Elsa asegura que en cuanto todo se estabilice buscará otro espacio para continuar con este proyecto que además de permitirle materializar su compromiso social, “Fue– y continuará siendo– un espacio que me permitió realizar un sueño”.
A través de sus redes sociales, el Café del Fondo continuará comercializando su tradicional café orgánico producido por cooperativas de Chiapas y Veracruz. Para más información llamar al número: 4424266832