Lupita Cortés dejó su legado en Santa María Magdalena 

La comunidad ha sido cuna de productos del maíz, el mole y las arraigadas costumbres de mujeres trabajadoras, visionarias y que sin tantos estudios han logrado salir adelante 

Tamara Medina | Diario de Querétaro

  · sábado 29 de julio de 2023

Rosa y Angélica López Cortés. Foto: Miriam Martínez | Diario de Querétaro


Hablar de la comunidad de Santa María Magdalena, perteneciente a la delegación Felipe Carrillo Puerto en Querétaro, es hablar de un lugar lleno de costumbres y tradiciones, cuna de mujeres aguerridas que han buscado ser el sostén de sus familias emprendiendo negocios de comida no sólo en la capital queretana, muchas se han aventurado a cruzar el estado e ir a grandes urbes como la Ciudad de México.

La historia de María Guadalupe Cortés León es contada por su hija Angélica López Cortés, "mi mamá desde niña era muy pobre, así que muy chica se casó con mi papá y este la llevó a su casa donde nuestra abuela la puso a cocinar y lavar para toda la familia, mi mamá se levantaba desde las 4 de la mañana para tener todo listo para antes que sus cuñados y su marido se fueran al campo, pues ellos eran jornaleros".

"Mi mamá creía que era obligación de ella ayudar, pues mi papá le compraba ropa, le daba techo y comida, así que hacía todo lo que le pedían para que no la considerarán mal agradecida", relata con nostalgia Angélica.

Doña Lupita sabía perfectamente cocinar, moler nixtamal, hacer tortilla y con un espíritu emprendedor nato, inició uno de los primeros negocios que hasta el día de hoy sigue siendo un referente en Santa María, la venta de tortillas, tacos de canasta, gorditas y los famosos lolos.

"Mi mamá comenzó hacer sus tortillas y primero se iba con su cuñada a la Ciudad de México para vender tortillas y gorditas, que preparaban todo desde una noche antes, para poderse ir de madrugada a la carretera y pedir raite a un señor de nombre Francisco con rumbo a Querétaro, donde tomaban el camión con destino a lo que antes era el Distrito Federal, ahí vendían su producto 3 veces por semana".

Angélica López relata que su mamá del Distrito se trajo la idea de los tacos, "les decían tacos sudados y acá se les conoció como de canasta".

Al paso de los años se pusieron en el antiguo Mercado de la Cruz, ubicado en lo que hoy es Manuel Acuña y Reforma.

Lupita falleció a los 91 años y antes de irse el municipio de Querétaro le otorgó el reconocimiento por su excelencia culinaria, así como su gran aporte a la comunidad.

Taquitos de canasta, una tradición del lugar. Foto: Tamara Medina | Diario de Querétaro

HISTORIA LLENA DE SABOR

Santa María Magdalena tiene su templo, que justamente da el nombre a la comunidad y tienen como patrona a la primer discípula de Jesús, celebran su fiesta el día 22 de julio, donde según comentan las Cortés es una tradición muy añeja, "desde que se fundó la comunidad, siempre se ha venerado a la patrona Santa María Magdalena, así que cada año se hace el mole y arroz, entonces las familias lo hacían y regalaban a quienes iban de visita y pronto ya llegaban otras gentes de rancherías cercanas".

"Antes no había la Feria como ahora, pero si se celebraba la fiesta en grande, por eso el hacer mole y regalarlo tiene fácil como más de 100 años, mi mamá lo inició en 1958", menciona Angélica.

Dado a que en el lugar se siembra mucho maíz no es extraño que en la comunidad tenga 8 molinos y varias familias se sostengan económicamente con la venta de sus productos elaborados con este ingrediente ancestral.

A decir de Angélica quien ha guardado el legado gastronómico de su mamá, los platillos han cambiado con el paso de los años, las originales gorditas de Santa María son al comal y la masa pintada con chile guajillo, estaban solitas para que la gente las rellenara o sólo con chile en medio, a veces requesón, papás y nopales. "Los lolos surgieron porque un día había quedado masa y frijoles e hicieron una bolita con forma de ‘lolio’, esos eran al comal no fritos como ahora, estaban rellenos de frijoles y sólo les ponían salsa", recuerda.

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La comunidad ha vivido especialmente del comercio gastronómico, el cual se ha extendido por toda la ciudad identificados por sus comensales como "las Maris", donde los queretanos de antaño aún recuerdan a Caro y su mamá Mary que en un huacal de los que se utilizan para las verduras ponían su puesto a las afueras de la extinta librería Sancho Panza y donde hasta políticos y personalidades acudían por sus taquitos para matar el hambre del medio día.

Historias y tradiciones como su viacrucis viviente en épocas de cuaresma hay muchas, mujeres que a través de los años y en un nuevo siglo continúan un legado, con el que muchas han logrado sacar a sus hijos adelante y con orgullo dicen: ¡soy de Santa María Magdalena!.

Mole de Santa María Magdalena, Querétaro. Foto: Tamara Medina | Diario de Querétaro