Hijo de Don Salvador Ramírez y la maestra Altagracia Galán, Marco Antonio o como sus amigos le llaman “Motus” ha vivido rodeado de la cultura; su padre fue historiador del estado, y pasó una buena parte de su vida al frente del Convento de la Cruz, su mamá comenzó dando clases de manualidades hasta que se convirtió en directora de varias casas de la cultura, su última estadía antes de partir de este mundo fue en la delegación Villa Cayetano Rubio (Hércules). Con toda esta influencia Marco creció y se ha dedicado a dar talleres para varias instituciones públicas como instructor de artes plásticas, creación de mojigangas, pintura, juguetes de cartón entre otras.
En una breve entrevista para Diario de Querétaro, el creativo platicó que sus padres ya están en el cielo, pero le dejaron una gran herencia, sus conocimientos y el ser un apasionado por la cultura. “Mi papá trabajó para el gobierno del estado como historiador, él sabía de todo, les dio clases a las edecanes del mundial en 1986 de la historia de Querétaro; el entonces gobernador Mariano Palacios Alcocer, siempre les decía pregúntenle a Chavita” recuerda nostálgico.
Actualmente está dedicado al diseño gráfico y reparación de fotografías antiguas, este arte es el impacto visual de gran atracción para la gente y que desarrolla la creatividad de todos.
Marcos sigue creando, diseñando a pesar de la pandemia y aunque a varios los detuvo él nunca lo hizo, por el contrario siguió innovando pues como refiere “soy imparable”.