Una boda de ensueño protagonizaron Carlos Olguín González y María Renee Segura el pasado fin de semana en la parroquia de San Judas Tadeo, en Juriquilla, hasta donde llegaron para recibir la bendición de Dios para comenzar una vida en matrimonio.
Acompañados por sus padres, Francisco Olguín Aguilar y Gloria González Castañón por parte del novio, así como Verónica Segura Reyes por parte de la novia, Carlos y María Renee entraron a la casa del padre donde fueron recibidos por el presbítero Fidencio León Servín, quien dio la bienvenida y pidió hacer la renovación del bautismo, para bendecir el amor de la pareja.
Durante la homilía el sacerdote les habló de la comunicación, el respeto y la lealtad que se debe tener en el camino del matrimonio para lograr una familia donde los valores y el amor a Cristo sean quienes guíen sus pasos. Los padrinos fueron Agustín y Laura Dorantes, así como Octavio “Payo” García y su esposa Fabiana Cataño.
Tras la bendición sacerdotal y convertidos en marido y mujer bajo la ley de la iglesia católica, María Renee entregó su ramo a la Santísima Virgen mientras se escuchaba de fondo el Ave María bajo la voz de la Soprano Martha Juliana Ayech.
El nuevo matrimonio fue recibido en medio de una lluvia de aplausos y buenos deseos en el atrio del lugar, para posteriormente desplazarse al Hípico Juriquilla, el cual estuvo impecablemente decorado con tonos neutros y toques dorados que en medio de luces y velas daban un clima romántico a la gran carpa colocada al centro del jardín.
El show de un violín contemporáneo fue quien dio la bienvenida a la pareja al exclusivo lugar donde ya eran esperados por poco más de 200 invitados que desearon lo mejor a Carlos y María Renee en esta nueva etapa de su vida. Entre los invitados se encontraban personalidades del medio artístico, la política y empresarios.
Un exquisito banquete a cuatro tiempos elaborado especialmente para la ocasión, así como selectas bebidas, reservas y destilados fueron lo que los invitados pudieron disfrutar. Para cerrar con broche de oro la cena, los comensales se dirigieron a la mesa de postres la cual al igual que todo el mobiliario estaba bellamente adornada.
El momento más emotivo tuvo lugar en medio de la pista donde la pareja comenzó el vals en compañía de sus padres y seres queridos, para después en medio de románticos besos y promesas de amor bailar su primera canción ya convertidos en marido y mujer en medio de una lluvia de luces artificiales.
La noche transcurrió entre lazos de amistad, mucho amor, bromas y baile, donde el nuevo matrimonio agradeció a los presentes por su asistencia y por el gran cariño que les tienen.