Mario Aarón Romero, es especialista en modificación de conducta canina, que ha dedicado su vida a desafiar estas metodologías simplistas. Para el experto este adiestramiento convencional, con sus recetas universales, no sólo es ineficaz, sino potencialmente dañino, donde asegura que, “El adiestramiento canino a menudo se reduce a una serie de comandos simples: "quieto", "sentado", "echado", "junto", "ven".
Este enfoque, común en la industria, es comparable a tratar a dos personas con distintos problemas emocionales —uno con ansiedad y otro con depresión— con la misma terapia, como sugerir yoga sin más.
Sin embargo, el comportamiento canino es un terreno mucho más complejo y profundo, que requiere un análisis minucioso y soluciones personalizadas. Cuando se busca ayuda para nuestras mascotas, la aplicación de métodos superficiales puede generar consecuencias graves y duraderas”, mencionó.
Mario Aarón indica que en lugar de una solución, ve en estos métodos una desinformación peligrosa que no reconoce la complejidad de los problemas caninos ni las particularidades de cada animal y su entorno.
Un Sistema de Formación Deficiente con Consecuencias Profundas
Uno de los principales problemas que Mario detecta es la mala formación de los profesionales del adiestramiento. Muchos de los que ejercen en esta área carecen de las herramientas y conocimientos necesarios para abordar los problemas que enfrentan los perros.
“El sistema educativo actual no capacita adecuadamente a los entrenadores. A menudo, se les enseña a tratar a los perros como si fueran máquinas descompuestas, intentando 'arreglarlos' sin entender sus verdaderas necesidades emocionales, neurológicas y sociales”, comenta Mario con seriedad.
La formación insuficiente no solo afecta a los perros, sino también a sus dueños, que invierten tiempo y dinero en soluciones que no solo no funcionan, sino que a menudo empeoran la situación.
“Vemos perros que llegan a nosotros después de haber pasado por varios entrenamientos y están emocionalmente más dañados que cuando comenzaron. Los métodos tradicionales no toman en cuenta las verdaderas necesidades de los perros, lo que genera heridas emocionales profundas en ellos”, explica.
Estas heridas emocionales, acumuladas a lo largo del tiempo, generan un estado de frustración tanto en los perros como en sus dueños, quienes se sienten desorientados y sin opciones reales de solución.
El Poder Destructivo de los Diagnósticos Incorrectos
Además de la formación deficiente, Mario subraya otro problema crítico: el impacto de los diagnósticos irresponsables emitidos por algunos "expertos". “Muchas veces, estos entrenadores les dicen a los dueños que su perro es un caso perdido, que no hay solución y que lo mejor es sacrificarlo. Estas palabras, dichas sin fundamento, condenan injustamente a miles de perros”, relata Mario con evidente frustración.
Los diagnósticos equivocados y las recomendaciones drásticas de estos adiestradores pueden resultar en que los perros sean devueltos a refugios, abandonados o, en el peor de los casos, sacrificados.
Mario ha sido testigo de numerosos casos en los que un perro es desechado por un adiestrador que no tiene la capacidad o la voluntad de entender su comportamiento.
“Es una tragedia cuando alguien emite un juicio final sobre un perro sin tomarse el tiempo de comprenderlo. Las palabras importan, y en el mundo del adiestramiento, pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte de un animal”, afirma con firmeza.
Un Enfoque Revolucionario: Comprender al Perro y a su Familia
Para Mario Aarón, el adiestramiento no se trata solo de corregir al perro, sino de entender la dinámica familiar y la relación entre el animal y sus dueños. “La mayoría de los problemas de comportamiento no se originan en el perro, sino en la falta de entendimiento de los tutores. Trabajamos más con la familia que con el perro, porque es en la interacción humana donde suelen surgir los conflictos”, explica. Los mitos y malentendidos sobre el comportamiento canino, sumados a la humanización excesiva del perro, generan una confusión que afecta la relación y puede desencadenar problemas serios.
“Los perros necesitan un guía, alguien que establezca límites claros y los cuide. Sin esto, el perro no sabe qué se espera de él y comienza a mostrar comportamientos problemáticos”, continúa Mario. Su enfoque está en capacitar a los dueños para que comprendan mejor a sus mascotas, creando un ambiente propicio para el bienestar emocional de ambos.
El Futuro del Adiestramiento en México
Mario Aarón está decidido a cambiar el panorama del adiestramiento canino en México. Una de sus iniciativas más ambiciosas es la creación de un proyecto en conjunto con la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la red CONOCER, que busca certificar a los futuros adiestradores. Este proyecto establecerá estándares de calidad en el adiestramiento y garantizará que los profesionales estén preparados para abordar tanto las necesidades de los perros como las expectativas de sus dueños.
“Queremos asegurarnos de que quienes se dediquen al adiestramiento en el futuro estén realmente capacitados. No podemos permitir que personas sin la formación adecuada sigan trabajando en este campo, porque el precio lo pagan los perros”, afirma con convicción. El proyecto con la SEP y CONOCER certificará a los adiestradores en áreas clave como adiestramiento básico, bienestar animal y estética canina, con el objetivo de profesionalizar el sector y asegurar que los entrenadores operen con ética y responsabilidad.
Hacia una Convivencia Más Armoniosa
Para Mario, el verdadero objetivo del adiestramiento es construir una relación más profunda y significativa entre los perros y sus familias. “Un buen adiestrador no solo entrena al perro, también educa a la familia. El éxito de un perro depende de esa conexión”, afirma.
Esta visión integral y humanizada del adiestramiento es lo que distingue a Mario Aarón y lo ha convertido en un referente en su campo, salvando a innumerables perros que, de otro modo, habrían sido descartados o abandonados.
Al final, el mensaje de Mario es simple pero poderoso: el adiestramiento canino no es una solución mágica ni inmediata. Cada perro es único, con sus propias emociones y necesidades que deben ser comprendidas y respetadas.
Solo con una formación adecuada y un enfoque personalizado se puede evitar que más perros sufran las consecuencias de una mala praxis, y construir una sociedad más compasiva y respetuosa hacia nuestras mascotas.
“Cuanto más educados estemos como dueños, mejores vidas tendrán nuestros perros”, concluye Mario, convencido de que sus esfuerzos están marcando una diferencia en la vida de miles de familias y sus mascotas.
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