Patricia Arriola presentó “El eterno mínimo”, una exposición de pintura en la que trabajó casi tres años, honrada y contenta por primera vez en el Museo de Arte de Querétaro, pues desde siempre imaginaba algún día ver ahí su trabajo y ese día al fin llegó.

La idea que plasmó Arriola en esta colección se basa en buscar la eternidad del instante y es la contemplación de la naturaleza como fuente de inspiración en la cual hay momentos únicos y puntuales, “donde siempre encontramos algo”.

Todas las pinturas se manejaron con pigmentos naturales como arena y texturas vegetales, muestra la resignificación de ellas mismas creando renacimiento e incluso otra vida. Un claro ejemplo de esto es una placa de mármol titulada “Mugartegui”, la cual sufrió una fractura, sin embargo, Patricia consiguió darle un nuevo significado gracias a la técnica japonesa que habla sobre las cicatrices que terminan siendo parte de nosotros mismos.

Inició su trayectoria en artes plásticas en los años 90 en la Ciudad de San Miguel Allende, Guanajuato, en talleres de pintura, dibujo y repujado entre otros y actualmente ha participado en más de 30 exposiciones.