“Arrepiente y cree en el Evangelio”, es también una de las frases que escuchamos al sacerdote en este Miércoles de Ceniza cuando impone está en la cabeza y cuya tradición data desde el siglo XI, una de las celebraciones más importantes en la liturgia católica misma que da comienzo al periodo de cuaresma, faltando 42 días para el Domingo de Ramos.
Hoy es Miércoles de Ceniza, un día que nos invita a reflexionar a entender quiénes somos y para los católicos nos recuerda el infinito amor que Dios padre hizo al entregarnos a su único hijo para salvar al mundo del pecado.
Para este 2024 el calendario se empató con un día muy “comercial”, “el Día de San Valentín” o “día del amor y la amistad”; una reflexión que realizó el sacerdote Fernando González, es que, debemos centrarnos en la fe, “nuestro padre celestial envió por amor a su único hijo, para salvar al mundo del pecado original, entonces este día tendríamos que dar más amor a nuestros hermanos, hoy brinda compasión a la familia que está pasando apuros económicos, a la persona que vive en situación de calle, a enfermos, ancianos y a quien se te cruce en la calle (…) una sonrisa inesperada es un acto de amor, de fraternidad; predica tu evangelio, no solo vayas a tomar Ceniza por un acto de “compromiso social”, anda y promueve tu arrepentimiento por ser omiso y celebra verdaderamente el amor y la amistad de este día de “San Valentín”, explicó el presbítero durante su homilía, donde además refirió que este es un buen momento de reconciliación con las personas que nos ofendieron y ofendimos, dar un abrazo y un perdón auténtico a ese familiar o amigo al que ya no le hablamos.
Y es que justamente el Miércoles de Ceniza marcó hace siglos un periodo de arrepentimiento, donde a decir del libro Historias del Catolicismo, cuando judíos, ninivitas, egipcios o árabes tenían por costumbre cubrir de cenizas su cabeza para llevabar a cabo algún sacrificio o duelo. Fue entonces cuando se utilizó este acto para las personas que querían exhibir su arrepentimiento, necesidad, deseo de convertirse y ver la luz como buenos cristianos.
En el año 384 d.C la Cuaresma tuvo un peso importante y se le dio un sentido penitencial para todos los fieles. Sin embargo la tradición de imposición de ceniza en la cabeza llegó en el siglo XI, fue entonces cuando comenzó a gestarse lo que hoy se conoce como ‘miércoles de ceniza’. Con el tiempo este rito se aplicó a todas las personas, ya que toda la comunidad se presentaba como pecadores y suponía un tiempo de unión entre cristianos, de mejora a la hora de reconocer errores y convertirse en esta cuaresma que comienza.
PARA CONOCER
La ceniza se obtiene de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior, las cuales se queman se pulverizan y se perfuman con incienso.
La imposición de la ceniza, según la iglesia católica “nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que la vida definitiva se encuentra en el Cielo”, por ello también se indica "polvo eres y en polvo te convertirás".
Este día es de ayuno y abstinencia, donde se invita a solidarizarse con aquellos que pasan hambre a diario y que tienen menos que nosotros. Para este año la iglesia católica pidió se ayunara en favor de la paz para los países que se encuentran en guerra, incluyendo México, donde el crimen organizado hace estragos en millones de familias.
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, dos comidas muy ligeras y la abstinencia es no ingerir carne, ( aunque muchos sacerdotes indican que más que carne animal, esta restricción aplica también a no comer “carne humana”, es decir, no destrozar con chismes y habladurías al prójimo, no mentir y la abstinencia sexual)
El Miércoles de Ceniza coincide con el final de la fiesta de Carnaval, que supone un contrapunto total con la liturgia religiosa, pues finaliza el tiempo de descontrol y desenfreno, con una celebración en la cual se entierran esas bajas pasiones para dar lugar a una etapa de espiritualidad. Esto simboliza lo que se conoce como el Entierro de la Sardina. Una popular fiesta, con tintes de humor, que tiene lugar por muchas calles españolas.
Estos momentos son de paz y recogimiento, donde se comienza un buen viaje compuesto de cuarenta días para limpiar y purificar el alma, la mente y el corazón como buenos fieles y buenos cristianos.
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No sólo hoy hay que realizar ayuno y abstinencia, el Viernes Santo también está marcado por estas pautas. Y en el resto de los viernes que componen la cuaresma se pide hacer ayuno y oración por los más necesitados.
Este día es un buen momento para la conversión y el arrepentimiento, dejar atrás lo malo y rogar al creador por la salvación de nuestras almas.