En este primer domingo de cuaresma la iglesia católica invita a la reflexión, no solo es no comer carne de res o de puerco, no es entrar en esas banalidades que tienen un trasfondo “bajar de peso”, “no voy a tomar refresco, no voy a comer pan, voy a ayunar”, explicó en la homilía el sacerdote de la Parroquia de Santiago, “el tiempo de cuaresma va más allá, que “sacrificios mundanos”.
Pero ¿qué significado tiene este tiempo?, muchos lo llaman reflexión, convertimiento y arrepentimiento de corazón por las veces que hemos ofendido a Dios y a nuestro prójimo.
Según explica el reverendo CMF Alejandro Carbajo:
“Recuerdo la homilía de uno de mis profesores en el Seminario. Él nos recordó que, durante la celebración de la Vigilia Pascual, cuando llegue el momento, se nos harán unas preguntas. No es un interrogatorio ante el juez; y tampoco es un examen como los que hacíamos en el colegio o en la Universidad. En realidad, cuando consultas el Misal Romano, ves que son unas preguntas muy fáciles de responder. Pero, a la vez, muy difíciles, porque te obligan a tomar una postura concreta ante la vida, si respondes con sinceridad. Conocemos las preguntas y lo que hay que responder. A todas las preguntas se responde con un “sí”. Lo que cambia es el verbo que se añade en cada caso. A las tres primeras, el verbo “creo”. A las tres últimas, el verbo “renuncio”. Sí, creo y sí, renuncio”.
"Porque para este inicio de cuaresma en lugar de abstenerse a comer un filete, cierras la boca para no “matar” a tu prójimo con mentiras, calumnias y palabras hirientes. En lugar de dejar el pan, la “coca” y los excesos, vas con esos padres enfermos, tus tíos ya grandes, los abuelos, los hermanos, tu vecino, esas personas que sabes que la están pasando mal", indica el sacerdote durante su reflexión, “no te preguntes si fueron malos en la vida y por eso se merecen esa soledad, tú no eres el juez que pedirá las cuentas, abre tu corazón y regala bondad y misericordia, que ese mismo juez que juzgará lo malo, también lo hará con lo bueno que se hizo en vida”, explicó.
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Por ello este domingo es tan importante, pues aún nos quedan varias semanas para llegar al Domingo de Ramos y darle la bienvenida a Jesús para que entre en nuestros corazones limpios y vivamos una Semana Santa en paz, con amor, acogimiento y en familia, porque finalmente ese es el mensaje que nos deja Jesús, “amarnos unos a otros, como el padre lo hizo”.