Durante una mañana especialmente fría y de ambiente nebuloso, ejecutivos y empresarios de la ciudad se reunieron en las inmediaciones del restaurante del club de Industriales para degustar los primeros alimentos del día, que fueron inaugurados por una taza de café caliente, pan dulce y jugo de naranja, para después así proseguir con el deleite de los platos fuertes.
Los diferentes grupos no dejaron pasar la oportunidad para conversar acerca de los proyectos venideros, incluidos en las diferentes agendas que ese día se dejaron ver sobre las mesas, en lo que el servicio de meseros les hacía llegar el desayuno.
Posteriormente al acto íntimo inherente a aquel de compartir los alimentos, los comensales se fueron de uno en uno a reanudar las actividades del día, no sin antes haber dicho gracias, pagado la cuenta y entregar un porcentaje de propina equivalente a la satisfacción que obtuvieron de cada uno de los platillos preparados en la cocina del exclusivo club.