Querétaro está de fiesta y cumple 493 años desde su fundación, al paso de estos años la ciudad ha sido protagonista de acontecimientos históricos que marcaron el rumbo del país; la ciudad sufrió un gran cambio a partir de los años 80, según recordó el empresario taurino y desarrollador inmobiliario Juan Arturo “Pollo”, Torres Landa (QEPD) en una de sus últimas pláticas con este rotativo.
Para el Querétaro de los 80, la ciudad aún tenía indicios de ser un sitio de provincia, si bien ya se encontraban importantes almacenes y colonias como Jardines de Querétaro, El Campestre, una incipiente Jardines de la Hacienda, entre otras; fue el temblor que sacudió la Ciudad de México un 19 de septiembre de 1985, el que según los recuerdos del Juan Arturo “Pollo” Torres Landa, hicieron que Querétaro fuera el sitio elegido para que cientos de familias se decidieron establecerse en la ciudad.
“Estábamos en la primera etapa de la construcción de la Hacienda de Jurica; teníamos apenas en construcción la primera calle (…) después del terremoto, la fila para adquirir un terreno o una casa en el fraccionamiento era enorme, todo se vendió como pan caliente”, recordó el empresario.
La bella ciudad colonial pasó en un abrir y cerrar de ojos a ver el crecimiento en todos los sentidos, la llegada de Plaza del Parque fue un gran acontecimiento, como no recordar su slogan que se escuchaba en todas las estaciones de radio queretanas “Plaza del Parque, un lugar para ser y ser visto”, y cuánta razón tenía, ¡todos queríamos ser vistos en el centro comercial!, que albergaba la tienda “París Londres”, luego le cambiaron el nombre a “Class”, hoy “Suburbia”. Punto de reunión para la “chaviza” los viernes, ya sea para ir al cine, tomar un café o simplemente dar vueltas y más vueltas, mientras las mamás te esperaban en Sanborns. Luego vino “Boulevares”, otra sensación.
Plaza de Armas era otro punto de encuentro imperdible, ahí se juntaban todas las “tribus” sociales desde los “fresas”, “hippies”, “Skatos”, “trovadores”, “emos” y más, encontraron en las calles del Centro Histórico su punto de reunión.
Un ¡sí o sí! era ir a Quadros, una casona adaptada para escuchar trova, donde recuerdo, se presentaban los jóvenes aspirantes a trovadores, varias veces llegué a ver a Miguel Inzunza, Javier y Coka Arteaga desde entonces con su clásico sombrero y tenían un grupo extraordinario llamado “Cuerdas y Maderas”. Ir al lugar era una delicia donde un clericot, un traguito coqueto y escuchar las melodías de Fernando Delgadillo, que debutará en 1990, pero rápidamente había entrado al gusto del público, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y más, era francamente obligatorio.
Querétaro iba en aumento, donde la diversión, el esparcimiento, la gentrificación, fueron pronto albergando a comercios, discotecas (porque antes así se les llamaban a los antros), restaurantes, hoteles, centros nocturnos, fábricas, edificios, escuelas y la construcción del Boulevard Bernardo Quintana, que conectaba prácticamente toda la periferia y “acortaba las distancias”, decían las personas de la época. Todos estos cambios fueron haciendo un lugar ideal para visitar y para muchos el nuevo comienzo de iniciar una nueva vida.
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Querétaro cumple 493 años, la noble y ciudad colonial ha atravesado hechos que marcaron su importancia dentro de territorio mexicano y desde los años 80 del siglo pasado comenzó a ver su crecimiento voraz, dando cobijo a millones de familias que han fincado su vida en estas benditas tierras, una nueva generación queretana se ha enamorado de todo lo que la ciudad tiene para ofrecer, desde su destacada infraestructura, hasta sus tradiciones y cultura que son de las más importantes en territorio nacional. ¡Felicidades mi Querétaro bonito!
