Raquel Miranda se encuentra feliz al cumplir 25 años de carrera en una de las 7 bellas artes del mundo, la pintura. Su historia refleja la gallardía y el deseo de superación de lo que la mujer contemporánea busca, trascender en este plano y sin duda lo ha logrado.
Sus inicios fueron siendo una niña a la que le gustaba expresarse por medio de hojas y muchos colores, después fue tomando clases y perfeccionó su técnica, hasta que se caso y tuvo a sus tres hijos, Itzel, Claudia y Wilfredo a los que considera su mejor obra. Pero aún cuando para todos ella estaba plena, Raquel buscaba algo más para realmente sentir que vivía y sin más volvió a tomar sus lienzos, para no parar y perseguir sus sueños, esos con los que volvía a expresarse y la han convertido en una apasionada del arte.
El estilo de Miranda, ha logrado que tenga exposiciones no sólo a nivel nacional, también ahora lo hace en Europa donde recibió la oportunidad de hacerlo en la Gran Vía de Barcelona, lo que la llena de orgullo pero también de compromiso para continuar perfeccionando con amor este don que la vida le regalo.
Entre todas sus actividades, se da el tiempo de enseñar a los niños y jóvenes del municipio de San Juan del Río del bello arte de pintar, clases que da en su domicilio donde los chicos logran expresar sus emociones por medio de diferentes técnicas y así comenzar a desarrollar sus habilidades.
Ls artista considera que través de la pintura, he aprendido mucho sobre ella misma y sobre su propia visión de la vida. Ha logrado ser reflexiva sobre lo que quiere expresar y de cómo hacerlo, aún cuando en el camino de este proceso, ha tenido lecciones reveladoras, siempre encuentra mucha tranquilidad cuando pinta, develando o exponiendo un poco o mucho de la locura personal y esto aunque pudiera hacerla sentir vulnerable, logra sacar la valentía y dar un mensaje sobre sus propias concepciones y su mundo, lo cual la ha fortalecido.
Considera a su arte semi abstractos pues hay muchas emociones y no todo es realidad, así que cada persona que lo ve tiene su propio sentir.