El primer ministro británico, Boris Johnson, encabezó el viernes el homenaje de toda una nación al príncipe Felipe, marido de la reina Isabel II fallecido a los 99 años, alabando su "vida y trabajo extraordinarios".
El duque de Edimburgo "se ganó el afecto de generaciones" en su país y en toda la Mancomunidad británica, formada por decenas de países, tras servir durante casi siete décadas como el consorte real más longevo del Reino Unido, afirmó Johnson.
"Damos gracias, como nación y como reino, por la vida y el trabajo extraordinarios del príncipe Felipe, duque de Edimburgo", dijo a las puertas del número 10 de Downing Street.
"Como el experto conductor de carruajes que era, ayudó a conducir la familia real y a la monarquía para que siga siendo una institución indiscutiblemente vital para el equilibrio y la felicidad de nuestra vida nacional", afirmó.
Líderes de todo el espectro político británico se unieron a Johnson en los homenajes a Felipe, fallecido en el castillo de Windsor a primera hora del viernes.
El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, lo saludó como "un extraordinario servidor público" y calificó su matrimonio de siete décadas con Isabel II como "un símbolo de fuerza, estabilidad y esperanza".
"Fue una asociación que inspiró a millones de personas en Gran Bretaña y más allá", añadió.
"Profundo dolor"
El ex primer ministro laborista Tony Blair considero natural que Felipe "sea más reconocido como un notable y firme apoyo a la reina durante tantos años".
"Sin embargo, también debería ser recordado y celebrado por derecho propio como hombre previsor, decidido y valiente", añadió.
Los jefes de los gobiernos autónomos del Reino Unido también enviaron públicamente sus condolencias a la monarca.
La primera ministra escocesa, la independentista Nicola Sturgeon, afirmó estar "entristecida por la noticia". Y los principales partidos políticos de la región suspendieron la campaña para las legislativas regionales del 6 de mayo, en que los independentistas esperan lograr una mayoría absoluta que respalde su proyecto secesionista.
Desde Irlanda del Norte, sacudida en la última semana por una ola de violencia sin precedentes desde hace años, la primera ministra unionista Arlene Foster, presentó sus condolencias a la reina.
Y el jefe del ejecutivo galés, Mark Drakeford, subrayó que el príncipe había "servido a la corona con devoción desinteresada".
"Sé que puedo decir en nombre de todos los londinenses que estaremos siempre agradecidos por la contribución que su alteza real hizo a nuestra ciudad y a nuestro país", afirmó por su parte el alcalde de Londres, Sadiq Khan, destacando que Felipe luchó "por las libertades que hoy apreciamos" durante la Segunda Guerra Mundial como oficial de la Marina.
Justin Welby, arzobispo de Canterbury, líder espiritual de la Iglesia anglicana, dijo rezar para que Dios consolara a la reina, que es la jefa de la Iglesia de Inglaterra.
"Cuánto echaremos de menos la presencia y el carácter del príncipe Felipe, tan lleno de vida y vigor", afirmó el cardenal Vincent Nichols, máximo responsable de la Iglesia católica en Inglaterra y Gales, asegurando rezar por la familia real y "el descanso del alma" del duque "en este momento de tristeza y pérdida".
El primer ministro irlandés, Micheal Martin, encabezó la reacción internacional: "nuestros pensamientos y oraciones están con la reina Isabel y el pueblo del Reino Unido en estos momentos".
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