La reina Isabel II, de 94 años, participó el jueves en su primer acto público desde el inicio de la pandemia de coronavirus, que la mantuvo siete meses en sus residencias, con la visita a un laboratorio militar en Inglaterra.
Acompañada por su nieto el príncipe Guillermo, segundo en la línea sucesoria al trono británico, la monarca se entrevistó con los científicos del laboratorio de Porton Down, en el suroeste del país, una de las zonas menos afectadas por el Covid-19.
Estos investigan el coronavirus y también identificaron el Novichok, un agente neurotóxico utilizado para envenenar al exespía ruso Serguéi Skripal en 2018 y al opositor al Kremlin Alexéi Navalni este año.
Londres había culpado a Rusia del ataque a Skripal, exiliado en Inglaterra, lo que llevó a una crisis diplomática sin precedentes y a una expulsión recíproca de diplomáticos que no se veía desde el final de la Guerra Fría.
Para esta visita excepcional en la agenda de la reina se tomaron medidas de precaución que incluyeron pruebas de covid-19 a las 48 personas con que tuvieron contacto Isabel II y Guillermo.
Es la primera vez que la monarca, que apareció ante los fotógrafos sin mascarilla, abandonaba una residencia real desde el confinamiento, decretado a finales de marzo y desmantelado gradualmente durante el verano.
Debido a su avanzada edad, Isabel II pertenece al grupo de personas con mayor riesgo ante el coronavirus, que ha causado más de 43.000 muertes en el Reino Unido, el país más castigado de Europa.
Su hijo y heredero al trono, el príncipe Carlos, de 71 años, contrajo la enfermedad de forma leve y se ha recuperado desde entonces.