Meghan Markle afirmó haber sido objeto de "una campaña de desprestigio" de una familia real que la llevó a pensar en el suicidio, mientras que Enrique dijo estar "realmente decepcionado" por la falta de apoyo de su padre, el príncipe Carlos.
Meghan y Enrique, que se casaron en 2018 y que hace un año se fueron de Inglaterra abandonando sus deberes como miembros de la familia real, sostuvieron una entrevista de dos horas con Oprah Winfrey que fue transmitida este domingo por CBS en Estados Unidos, donde residen.
Meghan, de 39 años, afroestadounidense, dijo que la familia de su esposo estaba "preocupada" sobre "cuán oscura" sería la piel de su hijo Archie antes de su nacimiento el 6 de mayo de 2019.
"En esos meses en que estaba embarazada (...) tuvimos una serie de conversaciones sobre que 'no se le daría seguridad, no se le daría un título' y también preocupaciones y conversaciones sobre qué tan oscura sería su piel cuando naciera", dijo Meghan.
Agregó que el Palacio de Buckingham se negó a otorgar protección al niño, a pesar de que esa es la tradición, y reveló que tuvo pensamientos suicidas durante ese tiempo.
"Ya no quería vivir más", dijo con lágrimas en los ojos. Y agregó que cuando le transmitió a la familia real que estaba luchando y que necesitaba ayuda profesional, le contestaron que "no podía, que no sería bueno para la institución".
"Realmente decepcionado"
Por su lado, Enrique, de 36 años, dijo que se sintió "realmente decepcionado" por la falta de apoyo de su padre en toda la situación, "porque él pasó por algo similar. Él sabe cómo se siente el dolor".
"Mi mayor preocupación era que la historia se repitiera", dijo en alusión a la separación de sus padres y al trágico destino de su madre, la princesa Diana, quien murió en 1997 en un accidente de tránsito en París cuando el conductor del auto en que viajaba junto con su pareja intentaba escapar de los paparazzi.
La presente entrevista evoca la que Diana concedió a la BBC en 1995, en la que admitió haber engañado a Carlos con el oficial del ejército James Hewitt.
Enrique dijo que siempre amará a su padre -heredero del trono- y a su hermano, el príncipe Guillermo, quienes "están atrapados" en las convenciones de la monarquía. "No pueden irse. Y les tengo una gran compasión por eso".
Asimismo, dijo que él y Meghan hicieron "todo lo posible" por permanecer en la familia real. "Me entristece que haya pasado lo que pasó, pero me siento cómodo sabiendo que hicimos todo lo que pudimos para que funcionara", señaló.
"Oh, Dios mío, hicimos todo lo posible para protegerlos", comentó a su vez Meghan, quien por otro lado reveló que se casó con Enrique tres días antes de la ceremonia oficial y que el segundo hijo que espera con su marido será una niña.
"Campaña de desprestigio"
Meghan denunció una "verdadera campaña de desprestigio" por parte de la monarquía, aunque tuvo cuidado de no atacar personalmente a miembros de la corona.
Simplemente afirmó que, contrariamente a lo que había informado la prensa británica, no fue ella quien hizo llorar a Kate, la duquesa de Cambridge, sino que sucedió lo contrario durante un incidente previo su matrimonio y que Kate se disculpó poco después.
Meghan cerró la entrevista con una esperanzada mirada al futuro y cuando le preguntaron si su historia tiene un final feliz dijo "Lo tiene, mejor que el de cualquier cuento de hadas que hayan leído".
El diario británico The Times publicó la semana pasada testimonios de exempleados acusando a Meghan de acoso cuando aún vivía con la familia real.
El Palacio de Buckingham, "muy preocupado", anunció de inmediato la apertura de una investigación, algo inusual para una institución poco acostumbrada a resolver sus disputas en público.
La monarquía afrontó la amenaza de la entrevista ofreciendo unas horas antes de su emisión la imagen de una familia unida durante las celebraciones anuales de la Commonwealth.
En un discurso televisado pregrabado, la reina destacó la importancia de la "dedicación desinteresada y el sentido del deber" mostrado por el personal sanitario durante la pandemia, algo que algunos seguramente interpretarán como una crítica a la pareja principesca.
Según una fuente cercana a la monarca citada por el Sunday Times, Isabel II no iba a ver la entrevista y estará más presente en los medios la próxima semana para demostrar que la monarquía "se centra en temas importantes".
Millones por una entrevista
Tras confirmar a la reina su retirada definitiva de la familia real, los duques de Sussex perdieron sus últimos títulos oficiales en febrero.
Instalados primero en Canadá y luego en Montecito, California, desde marzo, se han mostrado como una pareja moderna, mixta, volcada a lo humanitario, en un país donde la opinión les es mucho más favorable que en Gran Bretaña.
Desde su partida, crearon la fundación Archewell y se comprometieron a producir programas para Netflix por 100 millones de dólares, según varios medios estadounidenses, así como podcasts para Spotify.
A esto se suma una asociación con la plataforma Apple TV + en colaboración con Oprah Winfrey, quien según The Wall Street Journal vendió esta entrevista en entre 7 y 9 millones de dólares a CBS, conservando los derechos internacionales.