El príncipe Guillermo, número dos en la sucesión al trono británico, levantó ampollas el jueves al pedir, a tres semans de la COP26, que "los cerebros" se centren en solucionar los problemas de la Tierra en lugar de lanzarse al espacio.
"Necesitamos que algunas de las mentes y cerebros más brillantes del mundo se centren en intentar arreglar este planeta, no en tratar de encontrar el próximo lugar para ir a vivir", afirmó Guillermo, de 39 años, en una entrevista con la BBC antes de la entrega el domingo de la primera edición de los premios Earthshot, creados por él para impulsar soluciones a la crisis climática.
Esta crítica frontal, poco habitual en un miembro de la familia real británica, llegaba horas después de que el actor de la serie "Star Trek" William Shatner realizara el miércoles un viaje de unos minutos al espacio a bordo de un cohete de Blue Origin. A los 90 años, se convirtió en la persona de mayor edad en llegar a la última frontera.
Este era el segundo vuelo con pasajeros del cohete del multimillonario estadounidense Jeff Bezos, fundador de Amazon, que pretende afianzarse en el codiciado sector del turismo espacial, en el que también compiten el británico Richard Branson y el magnate estadounidense Elon Musk.
Los comentarios de Guillermo desagradaron en círculos científicos, donde muchos destacaron el valor para la humanidad de décadas de exploración espacial.
La científica espacial británica Maggie Aderin-Pocock se declaró de acuerdo en que la acción humana está destrozando el planeta y hay lecciones que aprender.
"Pero ese no puede ser nuestro único objetivo. El espacio es inspirador. Gracias a 'Star Trek', me convertí en científica espacial, y ahora trabajo en el cambio climático", declaró al canal ITV.
"Voy a ir a la COP26 el mes que viene para hablar de cómo el espacio nos ayuda con el cambio climático. Así que sí, tenemos que centrarnos en el cambio climático, pero no puede ser lo único", subrayó.
¿Turismo espacial o ciencia?
Por su parte el grupo Republic, que hace campaña para abolir la monarquía británica, consideró que Guillermo debería "guardarse sus opiniones mal informadas para sí mismo". "Esto es política, y aunque el turismo espacial es cuestionable, la ciencia se beneficia de la exploración espacial", tuiteó.
Los principales concernidos, como Bezos o Musk, no reaccionaron, pero este último ya ha dicho en el pasado pensar que "deberíamos dedicar la mayor parte de nuestros recursos a resolver los problemas" del planeta.
"El 99% o más de nuestra economía debería dedicarse a resolver los problemas de la Tierra. Pero creo que tal vez un 1%, o menos del 1%, podría aplicarse a extender la vida más allá de la Tierra", afirma en un documental sobre la misión Inspiration4 difundido en Netflix en septiembre.
"Piensen en un futuro en el que seamos una civilización espacial, y una especie multiplanetaria, eso es un futuro emocionante e inspirador. Si la vida se limita a los problemas, ¿qué sentido tiene vivir?", agregaba.
Antes de la COP26, que comienza el 31 de octubre en la ciudad escocesa de Glasgow, el príncipe advirtió también a los líderes mundiales contra "las palabras inteligentes, pero la acción insuficiente".
Y se sumó así a los llamados de su padre, el príncipe Carlos, de 72 años, al que alabó por ir "muy por delante" en materia de cambio climático.
"No debería ser necesario que venga una tercera generación que tenga que aumentar aún más" la presión, añadió. "Sería un desastre absoluto si mi hijo Jorge (de 8 años, ndlr) estuviera sentado aquí hablando con ustedes... dentro de 30 años, todavía diciendo lo mismo, porque para entonces será demasiado tarde", subrayó.
Ecologista de toda la vida, Carlos afirmó el lunes que le preocupaba que los líderes mundiales no hagan más que hablar y no tomen medidas contundentes.
Hijo mayor y heredero de la reina Isabel II, Carlos asistirá a los conferencia, de dos semanas de duración, junto a su madre, de 95 años.