En lo que antiguamente se llamaba el Cerro de Sangremal existe lo que fue el primer panteón municipal, sin embargo a decir de la historia y según cuenta el guía de turistas certificado, Emmanuel Patiño antes de convertirse en un recinto de paz, el lugar era un casino donde los habitantes acudían a bailar y festejar entre restos mortales que ya se encontraban ahí.
El 15 de mayo de 1867 las Fuerzas Republicanas al mando del General Mariano Escobedo ingresaron al sitio, para hacer salir a las Fuerzas Armadas Imperiales del archiduque Fernando Maximiliano Joseph Clemente de Habsburgo, y con ello recuperar la plaza de Querétaro.
Años después un 23 de febrero de 1894, el lugar fue preparado como mausoleo para recibir los restos de quien fuera la mujer más importante del siglo XIX, Doña María Josefa Crecencia de la Natividad Ortiz Téllez Girón de Domínguez; cuenta la historia que la ciudad vio con beneplácito que se guardara en el lugar la memoria de la heroína más importante en la lucha de la Independencia Mexicana.
En 1988 el recinto oficialmente es llamado “Panteón de los Queretanos Ilustres” con la llegada de los restos de personajes históricos importantes para la ciudad. Don Epigmenio González uno de los conspiradores y depositario de las armas que se utilizaron en la guerra de Independencia. Tras su monumento se encuentra el de Ignacio Pérez Álvarez quien fuera el encargado de la regiduría de letras y que fue quien recibió el mensaje de doña Josefa Ortiz y por eso es conocido como “el mensajero de la libertad”.
Del lado suroeste del recinto se encuentra don Juan Antonio de Urrutia y Arana Pérez Esnauris y Chavarri Marqués de la Villa del Villar y del Águila, Caballero de la orden de Alcántara, benefactor y constructor del acueducto, quien diseñó y aportó las tres cuartas partes del costo de esta magnífica obra hidráulica.
Del lado contrario se encuentra Valentín Frías y Frías escritor que supo plasmar las leyendas y tradiciones queretanas. Junto a él yace el profesor don Germán Patiño digno representante de la cultura en Querétaro, escritor, escultor, pintor y museógrafo. A su lado izquierdo se encuentra la figura de José María Arteaga y Magallanes, mártir de la reforma y cuatro veces gobernador del estado, mismo que lleva su nombre Querétaro de Arteaga en su honor.
Félix Osores es otro ilustre que descansa en el mausoleo y es que pocos saben que en el año de 1824 Querétaro iba a ser repartido entre los estados colindantes y fue gracias a la intervención de Osores que se pudo conservar su categoría y aunque su extensión geográfica no es muy grande, teniendo el 0.6 por ciento del territorio nacional fue dos veces capital de la República Mexicana. Otra mujer importante es Josefa Vergara y Hernández benefactora del estado y que al igual que los otros ilustrísimos personajes se encuentra en el recinto y aunque murió hace más de 200 años la asociación que lleva su nombre sigue ayudando a niños que eran su principal preocupación. Para finalizar hasta el fondo del ala derecha se ubica quien sería el mejor arquitecto que ha dado Querétaro, don Ignacio Mariano de las Casas constructor del templo y convento de Santa Rosa de Viterbo, además de los más bellos órganos.