En Querétaro hay grandes sitios que guardan leyendas las cuales han pasado de generación en generación; son varios los callejones, piletas y plazuelas en diferentes partes de la ciudad que sin duda han dejado huella en la memoria de los queretanos.
El Callejón del progreso, antiguamente conocido como “Callejón de la degollada”, la leyenda urbana dice que en el siglo XVII este lugar se tiñó de sangre cuando un hombre atacó a una mujer con un cuchillo en el cuello, dejándola mal herida y fue un sacerdote del Templo de la Merced el que logró salvarla y desde ese momento la gente comenzó a llamar así a lo que hoy es la prolongación de la calle Altamirano.
La llamada calle “del Calvarito”, era como se conocía en la antigüedad a lo que hoy es Felipe Luna la cual hace esquina con Independencia, y era nombrada así por la capilla del mismo nombre donde según datos, en el lugar se bautizaron los primeros habitantes de la ciudad en 1531. Este pequeño pero bello recinto fue una de las 14 capillas de la ciudad que formaban parte del Viacrucis que iniciaba en el templo de San Francisco.
En la Plaza de Armas se encuentra además de la Casa de la Corregidora, la famosa estatua de los perritos donde en su cúpula se puede observar la estatua de Don Juan Antonio de Urrutia y Arana Marqués de la Villa del Villa del Águila a quien se le debe la construcción del acueducto en el siglo XVII.
Continuando por el andador libertad yace la casa donde nació quien fuera presidente de la República Mexicana, Francisco León de la Barra y Quijano el 16 de junio de 1863 y hoy es una dependencia del gobierno.
Otra parte del mencionado andador es la que lleva de la calle de Luis Pasteur a Río de la Loza y que anteriormente llevaba el nombre de “Callejón de Don Bartolo”, porque en su esquina se encuentra la casona que perteneció al triste célebre personaje queretano Don Bartolo Sadanetta, “el Segoviano”.
Recorrer las calles y callejones del Centro Histórico de la ciudad sin duda es un placer donde se puede apreciar su arquitectura neoclásica y barroca, donde aún con el paso del tiempo se conservan las casonas, capillas e iglesias muchas de las cuales datan según datos del archivo histórico del siglo XVII y zonas históricas monumentales que son nombradas patrimonios históricos por la UNESCO.