En Querétaro existe un lugar que sin duda ha sido partícipe de dulces momentos y ha acompañado a varias personas en sus diferentes acontecimientos; empresa construida por una mujer que con mucho ímpetu, dedicación y constancia ha dado trabajo desde hace 40 años a mujeres jefas de familia que con esmero han sacado a sus hijos adelante gracias a la elaboración de pasteles, galletas y confitería en la pastelería, “Edelweiss”, propiedad de Coy del Cañizo.
Su historia es como la de muchas mujeres que han salido adelante gracias a su esfuerzo y tenacidad, demostrando que los sueños se pueden hacer realidad.
Coy nos recibe en una pequeña pero acogedora salita junto a su hija Elisa Nava quien es la directora general del negocio y así inicia una amena charla recordando cuando regresó a San Juan del Río después de vivir en la Ciudad de México y fue en la sala de su casa donde inició la aventura.
“Junto con mi marido y mis 4 hijas, MaryCoy, Ale, Gaby y Elisa nos mudamos a San Juan, ya en México hacia el fruit cake, para venderlo entre mis amistades y ya instalada en nuestro nuevo hogar comencé a elaborar el pastel de chocolate, al que todos le decían que era muy rico y así me iban recomendado, hasta que se convirtió en “la tradición hecha postre” y todos querían probarla”, cuenta nostálgica.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas Coy se enfrentó al que la gente no era asidua a comprar pasteles, ya que en esos tiempos se acostumbraba que las amas de casa prepararán su propio bizcocho, por lo que tuvo que enfrentar su primer reto, colocar su producto en el gusto del consumidor.
Con calidad, esmero y cursos para estar a la vanguardia en el tema de repostería, la incipiente empresaria, pero con un gran espíritu de emprendedora, - hoy una palabra de moda, pero que en esa época ni siquiera era común utilizarla, menos escucharla-, jamás se dio por vencida y logró construir poco a poco lo que hoy ve reflejado y que ha sido el esfuerzo de ser tenaz ante la vida, no darse por vencida, pero como ella misma explica “hago las cosas con amor y aunque hoy ya no elaboró los pasteles cuidamos junto con Elisa, mi hija, cada detalle, la calidad y nos esforzamos por que cuando se compre un pastel en “Edelweiss”, la gente sepa que se está llevando un postre, que lo hará feliz”.
Elisa está atenta a la plática, escucha y observa la charla, como cuando la maestra expone y no queda más que admirarla por su experiencia compartida, “admiro tanto a mi mamá es una guerrera que nos enseñó a todas sus hijas a luchar por lo que queremos, nosotros la ayudábamos cuando inició su proyecto, ya después mis hermanas comenzaron a forjar su propio camino, sólo yo me integre y desde 2008 estoy al frente de la empresa siempre con el acompañamiento de mi mamá”.
Para Elisa Nava la más pequeña de sus hijas, estar a cargo de la segunda generación de la tradición familiar no ha sido fácil pero sí un gusto, donde ha sido partícipe de los procesos y actualización de la producción, estar a la vanguardia de las nuevas técnicas de repostería, las tendencias que hay en el diseño de pasteles, decoración, materia prima y un largo etcétera para que el cliente salga satisfecho.
“Nos hemos ido adaptando a todo, estar en vogue con todo lo nuevo que sale al mercado y creo que el éxito es escuchar a nuestro cliente. Ellos tienen la idea de diseño, sabores, texturas y mientras hablan, nosotros la vamos imaginando para crearlo; nos ha tocado combinaciones de sabores que nunca imaginamos pero, si así lo piden, así lo elaboramos” cuenta Elisa, entusiasmada.
La pandemia que se vivió en 2020 fue uno de los mayores retos con los que se ha tenido que enfrentar como responsable del negocio, tratar de mantener a flote las pastelerías y no desamparar a las 53 familias que dependen de su trabajo fue un reto para ella, pero como buena líder pudo sortear los dos meses que estuvieron inactivos.
“Platiqué con nuestros colaboradores, lo primero que tenía que hacer es darles confianza, que está situación desconocida para todos no nos iba a tumbar, les pedí solidaridad y amarrarnos el cinturón para todos seguir a flote en el mismo barco y con esfuerzo y paciencia, hoy seguimos de pie”.
La directora cuenta con la gran satisfacción que a pesar de la dura prueba nadie se quedó sin su fuente de empleo, además del reto que de un día para otro las redes sociales se volvieron sus aliadas, pues anteriormente pocos utilizaban el WhatsApp para solicitar un pastel, a partir de el confinamiento es el medio que más utilizan para solicitar cotizaciones, pedidos e información.
Finalmente madre e hija agradecieron la preferencia de los queretanos por estos 40 años que las han hecho partícipes de momentos memorables en su vida y de igual manera recordarles que cada producto elaborado en su pastelería la cual ya cuenta con sucursales en los municipios de Tequisquiapan, San Juan del Río, Pedro Escobedo y Querétaro, es el fruto de mujeres creativas, guerreras que día a día sacan adelante a su familia.